El caso del Intrant
¿Qué pasará con Hugo Beras?
¿Qué pasará con Hugo Beras? Esa pregunta me la han hecho varias veces en la última semana. Ha venido de personas serias, comprometidas con el país y creyentes en una sociedad transparente y honesta a todos los niveles.
El interés surge porque les cuesta creer que Hugo Beras esté metido en un problema tan serio como el que se ha formado en el Intrant con el contrato de los semáforos inteligentes para el Gran Santo Domingo. Siempre vieron a Hugo Beras como una cara limpia, incapaz de pecar y un posible rostro a futuro en otros niveles de la política. Pero este escándalo lo ha golpeado duro, porque independientemente de su resultado, lo menos que ha proyectado es una incompetencia suprema, lo menos...
Yo me he hecho esa pregunta también. Cuando me la plantearon respondí que estaba complicado y que no sería raro que acabara fuera del gobierno, pues al presidente Luis Abinader no le conviene cargar con ese paquete a cuestas de cara a las elecciones, más cuando ha prometido que no tolerará el más mínimo viso de corrupción.
La movida de ponerlo en "licencia" y la decisión de la Dirección General de Contrataciones Públicas de remitir el contrato entre el Intrant y Transcore Latam SRL a la Pepca van en esa vía. Con esas acciones queda claro lo que pasará con Hugo Beras, que no tiene forma de retornar a corto plazo al gobierno del PRM. Esa es la respuesta a la pregunta sobre su futuro inmediato.
A largo plazo será peor su situación, porque la oposición podría usarlo de balón político y comenzar su crítica al Ministerio Público por no procesar el caso del Intrant lo suficientemente rápido, contrario a lo que ha pasado con otros dirigentes de partidos opositores. Eso podría provocar que el gobierno presione para buscar un culpable y que ruede alguna cabeza antes de las elecciones, por lo que la de Hugo Beras podría estar en la picota en ese escenario. Pero lo peor que podría pasarle es que no ocurra nada y que su nombre se empantane en un proceso que le comprará un valioso tiempo a Abinader, pero lo dejará a él sumido en el cuestionamiento a su reputación.