El llamamiento
Milton Ray Guevara lanzó ayer un peñonazo a aquellos que intentan jugar con la democracia
El juez presidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara, lanzó ayer un peñonazo a aquellos que intentan jugar con la democracia y mover el orden legal a responder exclusivamente hacia sus intereses.
En el marco del Día de la Constitución, Ray Guevara expresó que la Constitución se ha visto "como un problema" cuando no se ajusta a los deseos de los gobernantes, que buscan cambiarla para hacerla responder a lo que ellos entienden es lo necesario para sostenerse.
"Históricamente en nuestro país, muchas veces se ha considerado a la Constitución como un problema, cuando no se ajusta a los deseos o pretensiones de los gobernantes. Como diría un avezado jurista: Si la Constitución es un problema, el problema no es la Constitución", lanzó el experimentado jurista a 90 millas por hora.
Y yo lo apoyo completamente en ese planteamiento. Las constituciones no son documentos para traquetear cada vez que un grupo político quiera atemperarlo a su imagen y semejanza. Tampoco deben estar escritos en piedra, como no, pero jugar con ellos a discreción no es una forma de fortalecerlos, pues eso lo que trae es el desprestigio de un acuerdo social que tiene que ser sagrado y manejado con la mayor de las responsabilidades colectivas.
Tiene también razón el magistrado cuando dice que en la República Dominicana "es necesario hacer realidad constante el sueño de la democracia en momentos en que en Iberoamérica y otras latitudes el autoritarismo y el mesianismo hacen lucir cansado el régimen democrático".
Este país goza de unas libertades ciudadanas envidiables cuando se compara con la región. Con el paso de los años hemos visto cómo América Latina se ha polarizado entre sistemas de izquierda y derecha, lo cual ha perjudicado su desarrollo y ha colocado los derechos democráticos en peligro. No es el caso nuestro y eso hay que protegerlo con mucho celo, porque la libertad que gozamos se dice fácil, pero conseguirla ha costado sangre y sudor. Defender la Constitución es el primer paso de mantener esas garantías, no lo perdamos de perspectiva.