Tecnología y educación
Los expertos de la Unesco determinaron que la presencia de dispositivos electrónicos se han convertido en una amenaza para la educación
La Unesco presentó su reporte “Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién?”, un extenso documento de 435 páginas en el cual tira por la borda la teoría de que el uso de la tecnología digital ha sido positiva para el desarrollo de la educación.
El contundente informe gira en torno a seis mensajes fundamentales: Primero, que no abundan pruebas adecuadas e imparciales sobre el impacto de la tecnología educativa; segundo, que la tecnología ofrece la esperanza de una educación a millones de personas, pero excluye a muchas más; tercero, que algunas tecnologías educativas pueden mejorar ciertas modalidades de aprendizaje en determinados contextos; cuarto, que el rápido ritmo de cambio tecnológico dificulta la adaptación de los sistemas educativos; quinto, que el contenido en línea ha aumentado sin suficiente regulación sobre el control de calidad y la diversidad, y sexto, que la tecnología suele adquirirse para llenar un vacío sin tener presentes los costos a largo plazo.
Los expertos de la Unesco determinaron que la presencia de dispositivos electrónicos se han convertido en una amenaza para la educación, pues los maestros no son entrenados para manejarlos, los estudiantes no son supervisados adecuadamente y se distraen del ejercicio educativo, y no hay una estrategia educativa pensada para un uso eficiente de los aparatos, lo cual es contraproducente.
En el reporte hay muchísima información. Me parece que en el Ministerio de Educación deben ponerse a leerlo y tomarse en serio muchas de sus recomendaciones. Soy de la creencia de usar la tecnología para mejorar la educación, pero no de delegar la enseñanza a las tecnologías. Pienso que destrezas como la escritura, la lectura, el cálculo, el razonamiento lógico y el uso correcto de los lenguajes deben darse estrictamente con la intervención de un ser humano bien preparado y no delegarse en tecnologías. Para ello los políticos deben entender que el fortalecimiento de la educación no está en regalar tabletas, sino en reforzar la preparación de los profesores como primera línea de ataque, en una batalla en la cual la tecnología es el arma, no el soldado.