Influencers y...
Mayoría de jóvenes latinos quieren ser youtubers o influencers
Tenemos un serio problema como sociedad latinoamericana frente a las narices. Nuestros jóvenes quieren ser influencers y youtubers, nada de aquello de antaño convertirse en maestros, policías, médicos, científicos o astronautas. Los datos se desprenden de Google, esa herramienta que conoce nuestros gustos e intereses tan bien como nosotros. Según el gigante tecnológico, de México para abajo la mayoría de los jóvenes que hablan español han perdido el norte y quieren convertirse en influencers o youtubers, dos formas fáciles de ganar dinero a través de la creación de contenido con características virales.
Esa tendencia a lo fácil es muy peligrosa para nuestra región. Más al norte, los estadounidenses y canadienses sueñan con ser pilotos, mientras nuestros vecinos haitianos aspiran a ser abogados. No sé si es porque hablan portugués, pero los brasileños tienen dos dedos de frente y han escogido la ruta de los negocios, pues quieren convertirse en empresarios, lo cual tiene más sentido de cara al futuro, y es más útil.
De todas las regiones del mundo, es América Latina la que peor refleja esa realidad, que parece ser muy tentadora entre los que hablamos español, porque en Europa sólo en España se da el fenómeno, pues en otros países los jóvenes quieren ser escritores, pilotos, abogados, profesores, etc. En el Caribe anglófono, por ejemplo, permea el deseo de ser escritor como el “trabajo soñado”.
Estos datos, que pueden no cumplir con la rigurosidad científica deseada, deberían ser alarmantes y provocar una convocatoria general para realinear nuestros programas educativos, pues lo estamos haciendo muy mal cuando nuestros muchachos ven esas rutas como la forma de ganarse la vida a largo plazo.
¿Qué nos pasa? Esa métrica no es para tomársela a relajo. Hace casi 25 años estuve en Jamaica en un cónclave regional de la Unesco para mejorar la educación en la región. Salí de allí esperanzado en que había futuro, pero me equivoqué. Hemos ido echando hacia atrás y que los jóvenes quieran ser influencers o youtubers es una desgracia.