Ciberseguridad
El tema parece no se está tomando con suficiente seriedad
La más reciente víctima de los ciberataques fue el Instituto Agrario Dominicano, al cual le bloquearon el acceso de golpe a toda su memoria histórica. Ese no fue el primero ni será el último, por lo que se espera que la situación de los intentos de quebrar los sistemas de seguridad digitales serán cada vez mayores y con peores resultados.
Me parece que el tema de la ciberseguridad no está tomándose lo suficientemente en serio en el país. Que la información histórica de los archivos de una institución del Estado sean secuestrados y que a ello se unan problemas similares en programas de ayuda económica gubernamental o en instituciones privadas, es un indicador obvio de que los piratas informáticos tienen a República Dominicana en su radar.
Se hace lógico que, por ley, se establezcan parámetros sólidos de manejo de la información digital, comenzando por redundancias, usos exclusivos de la nube y ejércitos de informáticos al servicio del bienestar del país. Es fundamental entender que se vive una guerra por la información a nivel global y quien no tenga un ejército armado y capacitado será objeto de todo tipo de ataque, desde el hurto de información de sus ciudadanos hasta el robo de secretos de Estado críticos para el desarrollo nacional.
La ciberseguridad no es solo un tema de lo que atacan desde afuera, igual o más letales son aquellos que lo hacen desde adentro, causando disloques económicos a la población y prestando sus servicios para dañar reputaciones o entregar herramientas sensitivas a los corruptos para fines diversos, desde canalizar recursos ilegalmente hasta intentar despistar a las autoridades.
El Estado debería hacer la mayor inversión de la historia en infraestructura tecnológica, a nivel de software y hardware, y sumar a ello un ejército entrenado de técnicos y analistas que permitan defendernos en un mundo que cada día que integra y se complica más. Esto es tan importante como construir la verja en la frontera o mantener a las Fuerzas Armadas.
Exhorto a los estrategas gubernamentales a tomar nota y a no valorar esto como un mero punto de agenda política. Cójanlo en serio, muy en serio, porque no es para menos.