Manejo de desastres
La importancia de la educación en la prevención de desastres
En caso de desastres, la comunidad dominicana tiene la obligación de autocuidarse, pero también la asiste el derecho a la información y a la educación.
Los desastres son el resultado de malas decisiones o de excesiva confianza. Los responsables de dar protección civil tienen el compromiso de informar y de educar a la comunidad para que se proteja. El riesgo de desastre es la posibilidad de que ocurra un evento físico capaz de impactar muy negativamente a la sociedad.
El riesgo depende de la visión y el enfoque que se le dé, la confianza, calidad, el dinamismo de las interacciones, al igual que el interés de por medio.
Interpretar y conocer el riesgo de desastre es muy importante para enfrentarlo y coordinar respuestas adecuadas. Riesgos y daños implican sociedad y naturaleza.
Los desastres son riesgos no manejados. No existen los fenómenos naturales sino de causa natural, por falta de medidas preventivas de mitigación, prevención y respuestas adecuadas.
A las comunidades se les exige sin educarlas y capacitarlas primero sobre qué hacer en determinadas situaciones. La mayoría de nuestra población no tiene los conocimientos básicos de cómo proceder antes de la llegada de los organismos de socorro.
Necesario clarificar qué es una amenaza y una vulnerabilidad. Las amenazas pueden ser de origen natural, antropogénica o biológicas capaces de trastornar y dañar personas, servicios, hábitat, modo de vida e infraestructuras.
La vulnerabilidad comprende elementos o factores sociales, institucionales, económicos, ambientales y físicos que demandan un mayor cuidado de la persona, comunidad, infraestructuras y servicios por causa de una amenaza.
Las amenazas son inevitables y múltiples, pero su comportamiento histórico es conocido. Las definen elementos sociales, no las condiciones naturales.
Hoy en día tenemos peligros y riesgos antes inexistentes. El factor natural implica variación y desorden: el cambio climático. Por otro lado, el factor humano que engloba el crecimiento planificado o no de la población; la falta de orientación y educación, de planificación urbana y rural; la pobreza, el desarrollo.
La educación, capacitación y mitigación son las bases para responder ante diferentes tipos de desastres. Hay que definir planes institucionales públicos y privados. Fue muy penoso el caso antropogénico ocurrido el 14 de agosto del 2023 en el mercado viejo de San Cristóbal, donde por una explosión fallecieron decenas de personas. No se tomó un mínimo de controles y el resultado fue un desorden en medio del desastre. En el caso más reciente, las lluvias del jueves 4 de julio, hubo debilidad en la alerta temprana y medidas preventivas.
En todos los casos mediados por la naturaleza, la sociedad ha carecido de fórmulas preventivas.
Los conocimientos, la formación social, educativa, las experiencias y la comunicación, son fundamentales en la prevención, gestión y mitigación de riesgos por vías naturales y antrópicas.
Ante un desastre, ¿quién es culpable?, ¿quién es responsable?, ¿por qué no se tomaron las medidas preventivas?, ¿qué falla?
Las familias, los estudiantes y las diferentes instituciones deben ser orientadas ante posibles riesgos de desastres. Aunque hay planes ejecutables ya que hay personas capacitadas en prevención y gestión de riesgos, los egos, la desinformación, los intereses políticos y económicos se convierten en trabas que ponen vidas peligro y limitan la capacidad de resiliencia de la sociedad.
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