Semblanza de mi primo Roberto Pastoriza Neret
Este artículo se publicó hace 48 años. Por conservarlo de interés y dado el poco reconocimiento que se ha rendido al héroe Pastoriza Neret, Diario Libre, lo reproduce con el visto bueno de sus familiares.
La noche del 30 de mayo de 1961, justo al regresar de una de sus cacerías semanales y tras haberse bañado y disponerse a descansar, el teléfono sonó en la casa del ingeniero Pastoriza. Era el teniente Amado García Guerrero quien le avisaba en clave que la "muchacha" iba a salir y que saldría sola, refiriéndose al dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, cuya vida y crueldades iban a terminar en pocas horas.
Roberto se vistió con ligereza, tomó dos pistolas que guardaba en su casa, incluyendo una Lugger alemana y salió a reunirse con los demás conjurados, en el apartamento de Antonio de la Maza. Había llegado la hora de realizar el deseo que lo obsesionó durante toda su vida.
Roberto, llamado "Fifí" por sus familiares y amigos íntimos, había nacido en París. Francia, el l0 de mayo de 1922. Su padre, Tomás Pastoriza, hizo el doctorado en Medicina en la Sorbona al igual que su hermano Manuel, casándose ambos con dos damas francesas.
La madre de Roberto, Marta Neret, miembro de una distinguida y culta familia francesa, era también una mujer muy culta y de enérgico carácter que dio a su marido otro hijo, Jaques, nacido también en París, y un tercero, Felipe Salvador, nacido ya en Santo Domingo.
De niño hizo sus estudios primarios en la capital francesa continuándolos en Santo Domingo y siendo enviado luego por sus padres a la Martinica francesa para que no olvidara y perfeccionara el idioma. Más tarde cursó estudios en el Colegio de La Salle, donde se recibió de bachiller con honores. Sus profesores lo consideraron siempre como un excelente estudiante de conducta intachable. Su madre se ocupó mucho de su educación general lo mismo que su padre, quien era también un hombre culto, sensitivo y refinado. Tomás Pastoriza fue socio fundador de la clínica La Española, donde practicaba medicina general y cirugía.
Al terminar sus estudios secundarios, Roberto ingresó en la Universidad de Santo Domingo, graduándose de ingeniero civil en 1946, año en que su madre, tan importante en su vida, regresó a su país natal. Allí (UASD) conoció a Huáscar Tejeda con quien se asoció para la construcción de varias obras en la ciudad capital y en las provincias del interior. A través de Huáscar, conoció a Modesto y Juan Tomás Díaz, a quienes se uniría para acabar con la dictadura de Rafael Trujillo.
Había casado con la joven Maria Alemán, en el año de 1955, y se destacaba como buen calculista e ingeniero. Tenía afición por la caza y era buen tirador.
Ya inmerso en la conjura, recortó dos escopetas que fueron probadas en la finca de Modesto Díaz y luego descartadas por ruidosas y tras un fracaso en la adaptación de un silenciador que obtuvieron de un amigo alemán que trabajaba en la fábrica de armas de San Cristóbal.
Fue el autor del croquis y el plan de lugar y movimiento para interceptar el vehículo de Trujillo y eliminar al tirano, y llegó hasta a firmar dicho croquis que fue encontrado por la Policía en uno de los vehículos abandonados por los conjurados. Asimismo, fue quien introdujo el cadáver del "Jefe" en el baúl de su automóvil, conjuntamente con Antonio de la Maza. Después de realizado ese hecho trascendental, fue tranquilamente a su residencia.
A la mañana siguiente, Roberto y su esposa acudieron a la residencia de su amigo Manuel Enrique Tavares Espaillat a celebrar el éxito; pero al avanzar la tarde notaron que las cosas no parecían salir como se había planeado. Esa noche, Manuel Enrique los escondió a él y a Huáscar Tejeda en la antigua fábrica que poseía en las inmediaciones del hotel El Embajador. No obstante, al otro día decidió regresar nuevamente a su casa.
Ya con el ejército en las calles, en posesión de pistas y luego de la muerte del valeroso teniente Amado García Guerrero, tras su combate con los esbirros de Trujillo, Roberto pensó en asilarse en la embajada de Francia, pero el embajador no estaba allí y decidió esperar su destino en su hogar sin involucrar a su familia. Dos meses atrás había hecho salir del país a su hermano menor y dijo a su esposa que era preferible permanecer en su casa y no comprometer en nada a sus tíos, primos o a otras personas. Allí, en pijama, se encontraba cuando lo fueron a buscar para conducirlo a la cárcel y luego a la muerte. No dijo una palabra: sólo solicitó que le permitieran tomar un vaso de leche,
Ignoraba al salir, que ya sus tíos Andrés y Matilde Pastoriza y su primo Andrés Pastoriza Espaillat habían sido capturados por el SIM y que todos se encontrarían, tristemente, en las ergástulas del déspota.
Roberto era un joven agradable y dulce, aunque en ocasiones su temperamento cambiaba y se le notaba taciturno y triste, Desde niño, según cuentan sus tíos Manuel y Germaine, decía que iba a matar a Trujillo. Ya graduado de ingeniero, uno de sus tíos franceses, instalado en Nicaragua con una próspera empresa constructora, insistió en llevarlo a ese país en magníficas condiciones, como socio de la empresa. Roberto aplazó el viaje alegando ante su esposa que antes debía realizar su plan de eliminar a Trujillo.
¿Por qué esa obsesión? Nada ambicionaba. No le interesaba la política ni la acumulación de capital, siendo una persona totalmente generosa y desinteresada.
Posiblemente, algo le impresionó profundamente en su niñez. Es obvio que sus padres, venidos de la Francia civilizada y liberal y cuidadosos de su educación, le comunicarían ideas liberales, pero debía haber algo más para desencadenar su temprana y terrible decisión.
Su padre, Tomás, era muy amigo de Ángel Morales, notable opositor de Trujillo por cuyas altas cualidades personales se le reconocían condiciones presidenciales y en una ocasión, lo escondió en su hogar durante unos días para ponerle a salvo de la persecución de Trujillo. La respuesta del dictador no se hizo esperar.
Según se informó en una noticia del diario neoyorquino The New York Times, fechada el día 24 de abril de 1933, Tomás Pastoriza fue hecho preso en compañía del doctor Ramón de Lara, del doctor Pardo, del poeta Fabio Fiallo, el juez Bienvenido García Gautier, el senador Abigail del Monte y el doctor Raymond por oponerse a un segundo periodo presidencial de Trujillo y por objetar el nombramiento de su hijo Ramfis, de apenas seis años, con el rango y la paga de un coronel del Ejército Nacional. A partir de entonces, su padre y su madre padecieron de constante persecución y múltiples humillaciones. Fue el sufrimiento de sus padres, sentido en lo más profundo de su alma de niño, lo que finalmente formó en el hombre el designio de matar a Trujillo. Recuerda su esposa que Fifí vivió todo el tiempo con una dolorosa opresión en el estómago que le impedía comer con satisfacción y cuenta que cuando ella lo visitó por última vez en la cárcel, le dijo, con la sonrisa dulce que le era peculiar: "Blanca, desapareció al fin la molestia en el estómago".