La visita imperial de Mr. Dickinson
El 4 de enero de 1910 la prensa trajo la nueva de la llegada por el puerto del Ozama de un ilustre visitante imperial. La crónica, exquisita por demás, se basta por sí y no merece que se la estruje. Sólo unas notas que ayuden a mejor intelección, tras su íntegra transcripción.
“La llegada de Mr. Dickinson. Los que le acompañan. Lugares que ha visitado. Lo que pidió para tomar.
A las 8 am de hoy llegó a este puerto el yacht americano Mayflower, trayendo a su bordo al Secretario de Guerra de los Estados Unidos, Mr. J. M. Dickinson, procedente de Puerto Rico, donde se encontraba dicho alto funcionario, según hemos visto en la prensa de la isla hermana, estudiando, sobre el terreno, el status político de aquella colonia, para proponer al Congreso Americano, en su próxima reunión, las enmiendas que a su juicio deban hacerse en la Ley Foraker.
Saludada la plaza con los 21 cañonazos, ésta contestó inmediatamente el saludo en la forma de ordenanza.
Fue a recibirlo a bordo en una lancha, el comandante del crucero Independencia, Señor Aurelio Ortori, y en el muelle, como Comisionado del Gobierno, lo recibió el Sr. Eduardo Soler, con quien se dirigió en una de las carrozas del Presidente de la República, a la Receptoría, juntamente con Mr. Pulliam, seguido de dos carrozas más, en las que iban sus compañeros de viaje: el Brigadier Clarence R. Edwards, jefe de las Oficinas de Asuntos Insulares del Departamento de Guerra, el Coronel Kean, su secretario particular, un hijo suyo y el Capitán del yacht, Mr. Snowden. Además, en el coche de línea, le seguían algunos empleados de la Receptoría.
En la Receptoría permaneció poco más o menos una hora, y de allí se dirigió al Palacio de Gobierno, pasando por el de la Gobernación y por la Ciudadela, donde fue formada la Guardia.
En el Palacio de Gobierno y en la Secretaría de Estado de Hacienda y Comercio, a donde se dirigió con sus acompañantes, permaneció como media hora, ofreciéndosele por el Sr. Velázquez un obsequio de champagne, ante el cual manifestó deseos de tomar agua de coco, siendo en el acto complacido.
Del Palacio se dirigió a pie a la Catedral, donde le fueron mostrados los restos de Colón y el sitio en que fueron encontrados cerca del altar mayor. Mr. Dickinson y sus acompañantes dieron para los pobres dos billetes de banco de cinco dólares cada uno.
De nuestra Iglesia Metropolitana salió a las 10:35, para la Receptoría nuevamente, y en aquellas oficinas permaneció hasta la 1 pm, departiendo con sus compañeros, amigos y conocidos entre sorbos de champagne y bocanadas de humo. A esa hora partió hacia la Legación Americana, en Güibia, a almorzar, atendiendo a una invitación del Encargado de Negocios americano, Mr. Munroe Endicott. A este almuerzo asistieron además de los compañeros de viaje del Secretario Dickinson, los Sres. Federico Velázquez H., Secretario de Hacienda y Comercio de la República, Manuel García, Secretario de Estado de Guerra y Marina, Eduardo Soler, Mr. Pulliam y Peittigo.
El Secretario Dickinson vestía de blanco, y sus compañeros, exceptuando el Capitán del Mayflower, estaban trajeados de casimir. Mr. Dickinson es de elevada estatura y tiene presencia simpática. Representa edad 50 años, usa bigote abundante, su mirada es viva y penetrante.
Esta noche dará el Sr. Pulliam una cena íntima, en su casa, al Sr. Secretario de Guerra americano, quien se embarcará a las 12 y saldrá de madrugada para La Habana, de donde breves horas después de su llegada, seguirá viaje para los Estados Unidos.
En las legaciones y los consulados flotan las banderas respectivas en señal de simpatía al distinguido visitante, a quien da el Listín su cordial bienvenida.”
Jacob M. Dickinson (1851-1928) era oriundo de Columbus, Mississippi. Su padre fue juez y un bisabuelo senador y fiscal general de EE.UU. Soldado bisoño confederado durante la guerra civil, estudió Derecho en las universidades de Nashville, Columbia, Leipzig y París. Presidió el colegio de abogados de Tennessee, sirviendo como juez supremo de su corte. Fue fiscal federal general adjunto, profesor de Derecho de la U. de Vanderbilt y abogado de compañías ferrocarrileras. Encabezó la American Bar Association y la American Society of International Law. Miembro del Partido Demócrata, la administración republicana de William H. Taff lo designó en 1909 Secretario de Guerra, cargo que ocupó hasta 1911.
Lo acompañaba en su visita relámpago, el brigadier general de infantería del Army Clarence R. Edwards (1859-1931), veterano comandante en la guerra Hispano-Americana en Filipinas, quien destacaría en la Primera Guerra Mundial en Francia. Primer jefe del Bureau of Insular Affaires, la división de la Secretaría de Guerra creada en 1898 para manejar los asuntos aduanales y civiles de los territorios insulares que cayeron bajo dominio de EE.UU. a raíz de la guerra con España -originalmente Puerto Rico, Cuba, Filipinas-, conceptuados dependencias no-incorporadas de la Unión. Radio que se extendería a Haití, República Dominicana e Islas Vírgenes.
Egresado de West Point y profesor de Ciencias Militares en St. John’s College (hoy Fordham University), Edwards estuvo asignado a la Zona del Canal de Panamá entre 1915-17. Multi galardonado por sus servicios en Filipinas y Europa y una carrera militar que culminó con rango de mayor general.
El coronel Kean referido en la nota periodística es probable que fuera Jefferson Randolph Kean, médico militar sanitario que operó en la región del Caribe, en especial en Cuba y que alcanzaría rango de brigadier general con destacada participación en la Primera Guerra Mundial.
Un dato curioso de esta breve estancia en Santo Domingo del yate presidencial Mayflower -botado en 1896, adquirido dos años después por el US Navy, con 275 pies de eslora y 36 pies de manga, velocidad 31 km/h, utilizado por presidentes como Teddy Roosevelt y Woodrow Wilson en sus movimientos diplomáticos en el Caribe, visitado por la aristocracia en Europa y numerosas personalidades- fue la presencia de su capitán Thomas Snowden (1857-1930), su comandante entre 1908 y 1910.
Oficial oriundo de New York, laboró en la sección hidrográfica, en las academias naval y de guerra, así como en el buró de inteligencia, navegando en varios barcos antes de comandar los buques Mayflower, South Carolina y Wyoming. Participó como contraalmirante en la Primera Guerra Mundial comandando el escuadrón 1 y la división 2 de la flota del Atlántico, condecorado con la Cruz del US Navy en 1919. Ese año, el 25 de febrero, fue designado gobernador militar de Santo Domingo, desempeñándose hasta el 20 de octubre de 1921.
Su ciclo como gobernante militar fue el de mayor duración -casi 2 años y medio-, al comparársele con Knapp, Fuller y Robison, y uno de los más movidos y polémicos. Le tocó el clímax de la Danza de los Millones, pero también su brusca caída. Entre el 19/20 los ingresos del azúcar se dispararon un 118% (US$20.7 millones a US$45.3 mm), cayendo 68% en 1921. Los renglones restantes (cacao, café y tabaco) registraron en picada.
Bajo Snowden se formaron Juntas Nacionalistas y Patrióticas de Damas, la Unión Nacional Dominicana presidida por Emiliano Tejera y se celebró la Semana Patriótica de junio 1920 en las principales plazas del país. Jornada precedida por la gira del poeta ibero Francisco Villaespesa en octubre 1919, desplegando su catalizador Canto a Santo Domingo en los clubes. También se verificó la exitosa campaña nacionalista en el exterior con los Henríquez y Carvajal junto a Max, Cestero, Fabio Fiallo, que permeó las repúblicas americanas y llegó a Washington. Y allí, el auxilio del líder sindical Gompers, el abogado Knowles, el editor Gruening.
Intenso el pulseo en torno a la odiosa censura de prensa y las restricciones a la libertad oratoria y de reunión impuestas por el gobierno de Ocupación. Célebres los casos de Fabio Fiallo y Américo Lugo, los Tolentino, Alexis Liz, Luis C. del Castillo, la expulsión de Blanco Fombona y Flores Cabrera. Las denuncias de Nouel y el padre de Mena y las réplicas de Snowden blandiendo la Orden Ejecutiva 385. Que castigaba la incitación al descontento, el desorden y la revuelta, las ideas bolcheviques y las ofensas al gobierno militar y al de EEUU.
Tocó a Snowden proclamar el Plan Wilson el 23/12/20 que contemplaba una comisión de notables para acordar reformas constitucionales y legales, incluida nueva ley electoral y elecciones, sujetos en la negociación a la preservación de controles en el orden financiero y militar, y la convalidación de las acciones del gobierno militar. Rechazado por el movimiento nacionalista, que esperaría un mejor horizonte con el triunfo de Harding en los comicios de noviembre del 20, quien prometía un repliegue en la política intervencionista.
William E. Pulliam -figurante central en la visita de Dickinson- fue receptor general de Aduanas desde 1907 hasta 1938, en virtud de la Convención Domínico-Americana. En terrenos de Félix Mariano Lluberes en la Colina de San Carlos se levantó la mansión para la Receptoría que sería cedida para residencia presidencial bajo Vásquez (1924-30), ocupada luego por Trujillo, demolida para levantar el Palacio Nacional.
Federico Velázquez fue la otra contraparte local al momento de la visita de inspección del Secretario de Guerra Dickinson en 1910, en su condición de encargado de Hacienda. Figura clave en el arreglo de la Convención de 1907, dieciocho años después alcanzaría la vicepresidencia junto a Vásquez, electo por la Alianza Nacional-Progresista.
Entonces, a Velázquez le salió un Cadillac de la Santo Domingo Motors, obsequiado por sus amigos. Mucho mejor que esos dos billetes de 5 dólares que Dickinson y sus acompañantes dejaron para la limosna de los pobres al visitar la Catedral Primada. En gesto purificador de sus almas pías.