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"El amor nos los inventamos cada vez que nos enamoramos"

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El amor nos los inventamos cada vez que nos enamoramos
José Ovejero, escritor español.

José Ovejero, premio Alfaguara de la Novela 2013 por "La invención del amor", conversa con DL sobre el amor que se inventa, que se crea, que se transforma en literatura. 

¿El amor es o se crea? ¿Se puede crear cuando las circunstancias y la soledad no dejan otro camino? ¿Y hasta cuando el objeto del amor ya no existe? Son las preguntas que reflexionan las acciones de Samuel, el personaje central de la novela "La invención del amor", del escritor español José Ovejero, quien conversó con DL sobre su obra y las vivencias que las acompañan.

P: Parafraseando el título y el contenido de su novela… ¿Es posible inventar el amor?

R: (Risas) El amor nos los inventamos cada vez que nos enamoramos. Inventamos al otro, al que no conocemos normalmente o conocemos demasiado poco y lo inventamos para proyectar sobre él nuestras necesidades, nuestros deseos. Y nos inventamos para el otro. Nos hacemos más seductores, ocultamos esas partes de nosotros porque sabemos que pueden no gustar, entonces en cualquier enamoramiento hay un proceso de invención. En la novela, Samuel lleva esa invención mucho más lejos, pues se enamora de alguien que no conocía ni podrá conocer, pero el mecanismo es el mismo.

P: Samuel parece llevar un discurso filosófico del amor, pero también de un hombre que busca su lugar. ¿Trató de plantear esa búsqueda de sentido en su novela?

R: En "La invención del amor" hay una reflexión más amplia que no tiene que ver con el amor, que tiene que ver con la soledad, de cómo vivimos, con que nos conformamos, de cómo nos vamos adaptando a una situación en que quizás no somos felices, pero, bueno, no estamos mal del todo. Entonces lo que pasa que no es tanto algo buscado como algo que va saliendo según voy construyendo el personaje y lo pongo a reflexionar, lo pongo un poco a actuar también y reflexionar sobre cómo actúa. Es algo que lo va dando la propia dinámica de la novela, no es que yo tuviese previamente una teoría que quería contar al público, sino que utilizo la novela para pensar yo mismo sobre cosas que a mí me parecen interesantes y que pueden llegar al lector en medio de una ficción.

P: Diría que Samuel y Carina, sus personajes principales, expresan ese desasosiego existencial del hombre y la mujer de este siglo

R: La insatisfacción, creo que sí. El haber vivido una vida que te parece que no es esa la que hubieras querido vivir y, como decía, que te has ido conformando poco a poco y quizás lo que los une es precisamente una especie de envidia o de deseo de Clara, que es quien no se ha conformado. Es verdad que ha acabado mal por casualidad, por un accidente, pero es la única de ellos que se ha arriesgado a vivir de verdad lo que quería vivir. Creo que es lo primero que une a Samuel y a Carina. Esa concepción de que a veces la vida es una sucesión de aceptaciones, de cosas que quizás uno no quería aceptar pero que poco a poco vas entrando en cierto juego y en cierta edad te encuentras atrapado.

P: Dicen que las historias tienen un poco de su creador, ¿Qué tanto hay de usted en "La invención del amor"?

R: De mí en "La invención del amor" hay bastante, lo que no hay que confundir con que Samuel sea yo, quiere decir que hay partes de mi experiencia. De entrada todo el ambiente de la novela, el barrio, la casa, incluso los vecinos son un poco parte de mi experiencia. Yo vivo en ese barrio, yo veo lo mismo que ve Samuel cuando sale a la calle. Y luego en conjunto hay una reflexión sobre la realidad, sobre el amor, sobre los sentimientos, sobre cómo nos engañamos que en buena medida comparto con Samuel. Luego hay una serie de cosas de Samuel con las que no estoy de acuerdo, pero no se trata de utilizar a Samuel para decir lo que pienso, sino para que diga cosas que pueden afectar al lector de alguna manera, positiva o negativamente, lo hagan removerse y pensar ¿y yo? ¿Cómo vivo esto?

P: Ahora que comenta eso que va o no va de un escritor con su personaje, ¿entiende que el escritor debe comprometerse con alguna ideología, algún objetivo social, a través de su literatura, o no?

R: El escritor debe escribir bien, es su primera misión. No creo que se pueda pedir que Kafka sea un escritor comprometido. No. A no ser que entiendas el compromiso con algo amplio, un compromiso con el ser humano, no compromisos políticos específicamente. En mis novelas hay política, porque a mí me interesa, hay un trasfondo político-social con frecuencia, pero yo no creo que pueda exigirse, y menos a un escritor, ese trabajo. Si me interesa en general una literatura que tiene ese compromiso más amplio, con el ser humano, con la indagación de lo que somos, con mostrar cosas quizás no fáciles de ver.

P: ¿Se puede enseñar a alguien a ser escritor?

R: Ser escritor, creo, se compone de dos partes. Una, tener una visión original, lo que significa, que sea profunda de la realidad, y otra que sepas expresarla. Lo primero es muy difícil de enseñar. Lo tienes o no lo tienes. Tiene que ver con tu experiencia, con tu inteligencia, con tu capacidad de implicación, con tu capacidad también para engañarte ante cosas que no ves si no te engañas y con un montón de cosas que tienen que ver con la capacidad de cada uno. En eso puedes ayudar un poquito, pero muy poquito. Con las herramientas, con la técnica, ahí sí creo que puedes enseñar posibilidades que no se le ocurren a uno, atajo, quizás a evitar ciertos errores, a reflexionar sobre ciertas técnicas.

"El escritor debe escribir bien, es su primera misión. No creo que se pueda pedir que Kafka sea un escritor comprometido".