Salvemos las Cuevas del Pomier
Hoy día, sin embargo, este legado prehistórico está amenazado con ser destruido por efecto de la minería irresponsable y por autoridades incapaces...
La primera noticia divulgada, mas allá de nuestras fronteras, de la existencia de Las Cuevas del Pomier, proviene de la comunicación enviada por el cónsul inglés Robert Schomburgk, en 1851 —apenas siete años después de la independencia nacional— y que fuera formalmente presentado ante la Sociedad Etnológica de Londres. El interés mostrado por Schomburgk no fue casual, pues era un reputado explorador y naturista que unos años atrás había dirigido los trabajos para la determinación de las fronteras de la Guyana Británica.
Las Cuevas del Pomier se encuentran en la sección Borbón, a siete kilómetros al norte de la ciudad de San Cristóbal y a unos 30 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo, ocupando un perímetro de algo más de 12 kilómetros cuadrados. Los aborígenes denominaban estas cuevas como “Cacivajagua”. En la cultura indígena, era un sitio sagrado pues allí, en la “Cacivajagua”, era donde había tenido origen la vida.
En el Pomier se agrupan unas 55 cuevas y en más de veinte de ellas hay arte rupestre y registros arqueológicos y conforme estudios de expertos, hay más de 6,000 pinturas prehistóricas y alrededor de 500 grabados rupestres con 2,000 años o más de antigüedad. Son pinturas y dibujos hechos en las rocas y paredes de estas cuevas por los aborígenes que habitaban nuestra isla, desde mucho antes de la llegada de Cristóbal Colon. Están valoradas como el acervo de arte rupestre y prehistórico más importante de Las Antillas.
En esas pinturas se representan creencias, costumbres, animales, utensilios, labores de caza que realizaban los aborígenes. Estas cuevas son depositarias de uno de los pocos registros que existen de la cultura y de la nación indígena que habitaba esta isla, exterminada en los primeros 50 años de la colonización. De todas, la llamada Cueva No.1 es la más conocida y alberga más de 600 pictografías y petroglifitos. En ella, incluso, se han encontrado restos fósiles de grandes animales herbívoros y contiene las salas de Boinayel, dios de la lluvia, y de la Cohoba, denominadas así por la presencia en ellas de grabados alusivos a uno y otra.
En el 1969 las Cuevas del Pomier fueron declaradas por la ley No.492 Monumento Nacional. En el 1987, por el decreto 297-87, Patrimonio Natural de la Nación. Este decreto en su artículo 1 dispone que: “Todas las cuevas, cavernas y demás cavidades subterráneas situadas en el territorio nacional, se declaran Patrimonio Natural de la Nación y se encarga a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, para que ofrezcan la efectiva protección”. En el artículo 2 establece la prohibición para “toda alteración y destrucción de las características físicas de ellas (las cuevas), así como la extracción de cualquier clase de materiales naturales o culturales de su interior, y la introducción de desechos y objetos de cualquier tipo que puedan alterar las condiciones del equilibrio ecológico existente”.
Por su parte, en 1993 quedaron incorporadas al sistema de áreas protegidas siendo designadas como “Reserva Antropológica Cuevas del Pomier. Este decreto dispuso la protección de 13 cuevas y por el decreto 233 del 1996 se amplió a otras 37 cuevas que fueron sucesivamente descubiertas por investigaciones realizadas en los años 1994, 1995 y 1996. Actualmente están bajo la protección de la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Todas estas pinturas rupestres, al encontrarse en cuevas, de forma natural están protegidas contra la erosión, la lluvia y el viento y por eso se han conservado durante muchos siglos.
Hoy día, sin embargo, este legado prehistórico está amenazado con ser destruido por efecto de la minería irresponsable y por autoridades incapaces de hacer respetar la ley.
En las proximidades de las cuevas hay yacimientos de piedras calizas y desde los años 60 del siglo XX se comenzaron las concesiones a empresas para la explotación de las canteras. Otras operan sin concesión alguna.
El hecho es que las detonaciones, el desmonte de la zona y la remoción de los materiales por estas empresas han producido derrumbes que han destruido cavidades de las Cuevas del Pomier y con ellas la desaparición del arte rupestre que ellas albergan.
El espeleólogo Domingo Abreu Collado ha establecido que entre las cuevas destruidas o seriamente dañadas están: la cueva No.4 de las originalmente reportadas por Schomburgk; tambien la cueva del Puente o del Corral, la Cueva La Cigua, la Cueva del Símbolo, cueva Hedionda o de los Murcielagos, cueva Tammy Dominguez,
A pesar de la existencia de las leyes y decretos citados que protegen las Cuevas del Pomier y otras, el desorden institucional y la complicidad de autoridades han posibilitado que sigan siendo agredidas y destruidas.
En las últimas semanas, hemos visto al diputado Pedro Martínez sumarse desde el congreso a las voces que por muchos anos reclaman la debida protección de las Cuevas del Pomier ante el grave peligro que las amenaza, día a día, ante la acción minera sin control.
Es el momento de unir todas nuestras voces y accionar para exigir la protección y preservación de este tesoro invaluable, patrimonio del pueblo dominicano y de la humanidad.