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Redes Sociales

El sistema educativo: límites y posibilidades

Algunos pretenden que el sistema educativo produzca personas y ciudadanos ideales

Algunos pretenden que el sistema educativo produzca personas y ciudadanos ideales. Pero resulta que los niños, niñas y adolescentes que asisten a la escuela son parte de un medio social cuyas condiciones económicas, culturales y rango de valores concretos tienen un peso de mayor transcendencia en sus vidas que las posibilidades reales del sistema educativo de modificar esas condiciones. O dicho de modo más simple: la escuela está inmersa en una sociedad marcada por una profunda desigualdad social, falta de oportunidades, desempleo y salarios precarios que afecta a la mayoría de padres; con una alta incidencia de matrimonios o relaciones disfuncionales y  marcados por la violencia, el machismo y de hijos criados por madres solteras o por la abuela, sin apoyo del padre biológico y obligados al trabajo infantil; muchos habitan en viviendas precarias y se deben valer de medios de transporte inseguro; son muchos los niños y niñas afectados de desnutrición y  raquitismo, expuestos a enfermedades y pandemias provenientes de la miseria y de las condiciones de insalubridad de los lugares donde habitan.  Además, muchos de esos niños y niñas y adolescentes no pueden contar con padres que tengan el tiempo y las destrezas y el conocimiento para acompañarlos u orientarles para hacer sus tareas escolares. Y como si fuera poco, están expuestos, ahora agravado por el uso irresponsable de las redes sociales y medios de comunicación, a la influencia de antivalores como el individualismo, hedonismo, consumismo, alcoholismo, drogadicción, sexo irresponsable y riqueza fácil sin importar el origen lícito o no de ella. 

Igual puede decirse de los docentes. En las condiciones también precarias en que muchos se han formado, con ingresos y condiciones de vida muy limitadas, en que las mejorías salariales y de condiciones de vida han tenido que ser conquistadas en luchas y duras confrontaciones, ser docente se presenta como una oportunidad y no necesariamente una vocación, y por tanto, no se puede pretender que el conjunto de nuestros maestros sean intelectuales, científicos y apóstoles consagrados exclusivamente a la enseñanza. 

Esto significa que al plantear los objetivos a alcanzar con el sistema educativo no podemos ignorar las características de la sociedad en que éste está inserto y solo a partir de esa aproximación es que podemos plantearnos las posibilidades reales de la escuela de forjar a las nuevas generaciones, lo que a su vez nos ayuda a identificar cuáles son sus límites. Pero también, nos deja claro que la escuela puede jugar un rol de consolidar y reproducir las condiciones de inequidad o ser un factor para su transformación. 

Ahora bien, más allá de todo lo anterior, nada impide que el sistema educativo se oriente desde dentro, defina y ejecute estrategias para avanzar hacia la calidad educativa, y en ese sentido contribuya de forma decisiva en desarrollar en los alumnos las capacidades cognoscitivas necesarias, los valores éticos   y sus talentos para la realización de sus metas personales al tiempo que se alcancen en parte los objetivos de la sociedad con la educación. Para ello el sistema educativo debe ser capaz de transmitir a los estudiantes el nivel de conocimiento alcanzado de la época en que se desarrolla, incentivarle su  creatividad y criticidad y proporcionarles herramientas para que pueda aprender a aprender y éste pueda garantizar su actualización permanente a lo largo de toda la vida.

La verdad cruda es que el Ministerio de Educación, por falta de visión, gerencia eficiente y diezmado por la corrupción y la politiquería, a pesar de estar recibiendo en los últimos 10 años  el 4% del PIB, ha sido incapaz de definir con claridad los objetivos del sistema educativo de cada momento, evaluar los resultados obtenidos y hacer las correcciones autocriticas y, sobre todo,  ha carecido de liderazgo para involucrar de modo creciente a la familia, a las comunidades, las iglesias, los medios de comunicación y a los ministerios que tienen colindancia con la misión del ministerio de educación, en el logro de los niveles de calidad educativa posible aún en el marco de las condiciones de inequidad, falsos valores y negación de derechos presentes en nuestra sociedad. 

Es decir, si bien el MINERD no es el garante de lograr por vía de la educación el ciudadano dominicano ideal, sí es responsable por no haber alcanzado los niveles de calidad posible en el sistema educativo del país.  

La falta de calidad de la educación a quienes más afecta es a las poblaciones marginales, convirtiendo al sistema educativo, más que en un factor para disminuir las condiciones de inequidad, lo que termina es reforzando la desigualdad y exclusión social. O dicho más concretamente: el actual sistema educativo sigue profundizando las diferencias de la educación entre el campo y la ciudad, de una región a otra; entre la educación privada y la pública;  entre la que reciben los hijos de familias acomodadas y los hijos de familias pobres ; las diferencias notables entre quien está en el casco urbano y las zonas marginales de la ciudad; entre los que tienen acceso a las nuevas tecnologías y los que no lo tienen;  entre hogares estables y aquellos de familias disfuncionales. 

El 4 % es una reivindicación que mantiene toda su validez y por tanto hay que mantener el compromiso y la presión social para que se le dé el uso adecuado y así avanzar hacia un sistema educativo de mayor calidad. Cada nuevo periodo escolar permite que podamos reencausar los objetivos y las metas que le dieron sentido a esas luchas libradas. En unos tres meses comienza el periodo lectivo 2023-2024, resultando oportuno definir metas puntuales y estrategias concretas, en el marco de una visión integral que, de alcanzarse, permitan que, al concluir el año escolar, podamos comprobar cuánto avanzamos o no.  

En ese sentido es válido preguntarle al ministerio de educación, a título enunciativo, para este periodo escolar 2023-2024 ¿Cuáles son las metas de reparación y adecuación de escuelas, de construcción de nuevos planteles, de abrir nuevos liceos politécnicos? ¿las metas y estrategias para reducir la sobrepoblación de las aulas, un mejor aprovechamiento de la tanda extendida, para disminuir la deserción escolar, el ausentismo, la sobreedad y para reforzar a los menos aprovechados?   ¿Las metas y estrategias para aumentar el número de horas de docencia y su aprovechamiento, y para aumentar el dominio cognoscitivo, especialmente de las matemáticas, lengua castellana y ciencias? ¿Las metas y estrategias para estimular la creatividad artística, las iniciativas científicas y de investigación y el talento deportivo de los alumnos? ¿Las metas para incrementar la participación de los padres y la comunidad en la escuela? ¿Las metas para la formación de nuevos docentes, actualización de los existentes y de nuevos incentivos a los de mejor desempeño? ¿Los metas en materia de acuerdos concretos con los ministerios de cultura, deporte, salud pública, de la mujer y también con INFOTEC, ITLA, MESYC, los ayuntamientos de los distintos municipios, entre otros, para la coordinación de acciones conjuntas en las áreas que resulten colindantes con el sistema educativo?

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Guillermo Moreno es abogado y político. Presidente de Alianza País.