Las muertes sí, pero...
Es muy difícil soslayar el tema de las muertes por dengue, pero no por ello se debe perder de vista lo que es verdaderamente importante en este caso: la prevención.
El dengue es una de las llamadas “enfermedades de la pobreza”, pues es el resultado de la falta de educación y de condiciones materiales de existencia de grandes núcleos de la población.
Las epidemias de dengue son posibles porque no se despliegan campañas de educación y para la eliminación de los focos de reproducción de los mosquitos que transmiten la enfermedad.
También porque es una dolencia que se disfraza de muchas otras, lo que hace difícil el diagnóstico temprano y, por eso mismo, las familias pobres esperan hasta el último momento, cuando ya puede ser tarde, para llevar a sus enfermos a los hospitales.
Por tanto, el debate no debe centrarse en cuántos muertos van, sino en cuántos pudieron haberse evitado si los sistemas de educación y salubridad funcionaran como debe ser y si como sociedad hiciéramos un esfuerzo mayor para atender a tanta gente que merece mejor suerte.