¿Quién sabe cómo se llama la empresa?
Nadie quiere revelar al dueño del avión
La confiscación del avión vinculado a Nicolás Maduro revela la complejidad de las relaciones internacionales y lo difícil que resulta la aplicación de sanciones internacionales.
Un ejemplo de ello es la ausencia de información sobre cuál es la empresa o persona dueña del polémico avión, que fue incautado por Estados Unidos con la ayuda dominicana.
Las declaraciones poco claras del presidente Luis Abinader y del canciller Roberto Álvarez, junto a la negativa del Departamento de Justicia de EE.UU. de proporcionar detalles sobre el proceso de colaboración, aumentan la especulación sobre todo este proceso.
Si algo es cierto es que este caso demuestra cómo las sanciones internacionales pueden ser eludidas mediante empresas fantasma y registros en terceros países, lo que es todo un desafío para las políticas de Estados Unidos en Venezuela.
También pone de manifiesto la necesidad de una mayor cooperación y vigilancia, por ejemplo, en el sector de la aviación privada, para prevenir actividades ilícitas.
La situación plantea temas de soberanía nacional frente a investigaciones extranjeras y subraya la importancia de fortalecer la transparencia en el manejo de estos casos.
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