Los molestosos privilegios de algunos
Las pensiones de los congresistas
Para nadie es un secreto que la República Dominicana es un país en el que hay molestosos privilegios para algunos sectores.
Uno de ellos, sin lugar a dudas, es el de algunas pensiones que se otorgan a personas que, muchas veces, no cumplen con los requisitos que están establecidos por ley.
Desde el 2003, el país cuenta con un sistema de fondo de pensiones, contributivo, que mal que bien, cumple sus funciones y es una buena herramienta aunque necesite correcciones en una futura reforma. Pero que el simple hecho de ser diputado o senador en un período pueda garantizarle pensiones por encima de los 100 mil pesos mensuales a un congresista es, sin lugar a dudas, una de las mayores distorsiones que existe.
Distorsión porque ese sistema de pensiones termina siendo subsidiado con dinero público, ya el 12 por ciento del sueldo que se les retiene a los legisladores no es suficiente para hacer sostenible el sistema. Solo hay que revisar las finanzas del Senado y de la Cámara de Diputados para darse cuenta. Todas las pensiones del país deberían estar reguladas por un mismo ente, ya que para eso se creó una ley que debería ser cumplida.