La muy esperada condena
Esmeralda Richiez merecía más
Hace cerca de un año, Esmeralda Richiez murió luego de haber sido violada y golpeada por su maestro de matemáticas.
Con apenas 16 años de edad, la niña fue víctima de una fatídica costumbre dominicana que normaliza los abusos sexuales a las menores de edad.
Su verdugo, Jhon Kelly Martínez, fue condenado a 20 años de prisión, por un cargo de homicidio.
Se puede aplaudir el trabajo del ministerio público que consiguió la condena.
¿Pero fue suficiente?
Con el actual sistema penal, Martínez podría pedir su libertad condicional en 10 años, cuando cumpla la mitad de la condena si mantiene una buena conducta durante su tiempo en la cárcel.
¿Sería esto justo para la familia?
Claro que no.
Pero esta condena también abre las puertas para la necesidad de la conversación de un nuevo Código Penal, que tiene más de dos décadas estancado en el Congreso.
Y que este Código Penal contemple penas más severas cuando se trate de abuso de menores, además del muy necesario cúmulo de penas para que un criminal como Martínez no tenga chance de salir de la cárcel.