Las condiciones de nuestras cárceles
El trato a los reos es un reflejo de la sociedad
Dicen por ahí, que, si quieres ver el nivel de avance de un país, mira su sistema penitenciario.
Si eso se aplicara en la República Dominicana, podríamos concluir, sin temor a equivocarnos, que nos encontramos sumidos en un nivel de atraso grave.
Un reporte del defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, mostró que el 20 por ciento de los internos del país sufre de problemas mentales y que la mitad de todos los reclusos no tiene acceso a la salud.
Si a eso sumamos que el 60 por ciento de los presos en nuestro país se encuentran en condición de preventivos... saque usted sus propias conclusiones.
El hacinamiento, la sobrepoblación y el caos es lo que mejor define el sistema penitenciario local.
Pero al mismo tiempo lo encontramos combinado con un gravísimo y elevado grado de corrupción que permite, entre otras cosas, que en cárceles como La Victoria se instalen centros de comunicaciones para estafar ciudadanos fuera de la prisión.
La educación y la regeneración debería formar parte del plan del sistema de prisiones dominicano. Parecería un sueño, pero debería definirse como una meta.