With a little help from my friends
Con amigos como esos...
Cualquiera pensaría que el gobierno y congreso estadounidenses sueñan con ver a sus vecinos crecer en armonía, con democracias blindadas y en pleno desarrollo como naciones sólidas.
Probablemente sea la República Dominicana uno de los pocos países en América Latina que se acerca a ese sueño que, en algunos casos regionales, no pasa de una pesadilla.
Nos falta, es cierto, pero vamos por buen camino. Somos una democracia fuerte y un aliado estratégico confiable. Nuestro gobierno es centrista y la economía crece a un ritmo relativo más que aceptable.
Por supuesto que tenemos que disminuir la corrupción a todos los niveles. Y también es cierto que debemos mejorar la nota en lo que toca al respeto de los derechos humanos.
Hay prácticas que han cambiado poco desde la dictadura trujillista. Pero señores del Norte revuelto y brutal, recuerden que somos un mejor ejemplo que otras sociedades regionales.
Tenemos brillo propio. Nos ahogaron en el 2019 con fábulas que ahuyentaron a los turistas norteamericanos. Luego vino la amarga decisión con el azúcar dominicano y se inventan excusas para dejarnos solos con el desastre en Haití.
Hace falta cantar en tono de hechos la canción de los Beatles: Con una pequeña ayuda de los amigos. ¡Y para colmos, ni siquiera tenemos un embajador norteamericano con quien celebrar los cuatro de julio!