Diario LibreHay subalternos “trascendíos”
Guapos de cuartel con dos o tres tragos...
Preocupante sería que estuviera jugándose con fuego, pero es con agua, como en Día de Reyes, o peor, del Niño Jesús.
Por ejemplo, quitar un vehículo viejo –previamente arreglado– a un general que no solo andaba a pie, sino que ni siquiera sabía manejar.
La idea era que llegara a tiempo a la transmisión de los desfiles militares. A falta de equipos adecuados, una narración fantasiosa.
Nunca, en su voz, fueron más heroicas las batallas nacionales.
El triunfo de la democracia sobre los altos mandos en los fastos de 1978 fue plausible porque no quitó. Al contrario, dio: una chacabana de lustre y una bandeja de plata.
El ruidito de ahora se convirtió en ruido porque el superior quiso recoger o cubrir una ofensa que no lo fue en realidad.
Existen modos y medios para poner en su puesto a un subalterno “trascendío” que no actúa de acuerdo con los protocolos establecidos.
Lo demás es fábula de guapos de cuartel que con dos o tres tragos en la cabeza hacen de la mitomanía una vaina.
Forma de discurrir que al parecer se repite con expedientes hechos al desgaire en que el papel lo aguanta todo.
No grita el expediente, lo hace el papel.
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