Las batallas de marzo de 1844

La noticia sobre el pronunciamiento independentista dominicano llegó a Haití a principios de marzo y, acto seguido, el presidente Charles Herard anunció que procedería manu militari a fin de someter a la obediencia a "los rebeldes" de la parte del este. Una información, publicada el 2 de marzo, en el periódico Le Progrés, declaraba la guerra contra el pueblo dominicano:

"Santo Domingo ha enarbolado el estandarte de la revuelta..., grandes fuerzas son desplegadas contra los rebeldes. El Presidente de Haití está a la cabeza del ejército. El ejército llegará a paso de carga ante Santo Domingo y Santo Domingo entrará en orden. Es preciso que la unidad de la República sea mantenida, no importa el sacrificio que nos cueste la conservación de la unidad de la República, de la integridad de su suelo, está por encima de toda consideración".

La invasión del ejército haitiano se produjo simultáneamente por tres puntos: el general Pierrot penetró a territorio dominicano por el norte, al frente de un ejército estimado entre 10 y 15,000 soldados; el general Souffront por el sur, vía Neiba; y el propio Herard, también por el sur, pero en dirección a Las Matas, ambos con un ejército de 20,000 hombres aproximadamente. La estrategia militar haitiana consistía en tomar la ciudad de Santo Domingo mediante acciones combinadas de sus fuerzas por el sur y por el norte.

Los dominicanos, por su parte, respondieron el 10 de marzo a la amenaza de invasión militar exhortando a la población a empuñar las armas en defensa del naciente Estado. Todos los pueblos de la parte española, decía el comunicado, "ofrecen sacrificarlo todo para no volver a soportar un yugo tan ignominioso como el que pesó sobre nosotros el largo espacio de 22 años."

Por tanto, era preciso, "sacrificar la vida por Dios la Patria y la Libertad, porque sin estos bienes, la existencia no es sino un oprobio y una vergüenza." El llamado a defender la nueva República concluyó de la siguiente manera: "sirvan nuestros pechos de baluartes a los que osaren invadir nuestro territorio, hacernos la guerra y despojarnos de nuestros derechos."

Al siguiente día, 11 de marzo, en La Fuente del Rodeo tuvo lugar el primer choque bélico entre dominicanos y haitianos; acción que el historiador García calificó como "el verdadero bautizo de sangre de la República". Sin embargo, fue el 19 de marzo cuando, mediante una serie de escaramuzas que Sócrates Nolasco consideró como un simple  "choque de vanguardias", que las tropas dirigidas por Herard se enfrentaron al improvisado ejército popular dominicano, escenificándose así la memorable batalla de Azua que, luego de varias horas de intensa refriega, culminó con la victoria de las armas nacionales.

Sin embargo, debemos destacar el hecho de que, tras el espléndido triunfo de los dominicanos, el general Pedro Santana sorpresivamente ordenó la retirada de sus tropas, primero a Sabana Buey, y luego a Baní. Tan controvertida decisión permitió que las tropas invasoras ocuparan la plaza de Azua, al tiempo que generó gran desconcierto entre población. De igual manera, en la zona norte primó confusión, desmoralización, caos e indisciplina ante el incierto horizonte que se cernía sobre el proyecto independentista. Pero entonces sobrevino la jornada bélica de Santiago, el 30 de marzo de 1844, en donde nuestros antepasados nueva vez se ciñeron la corona de la victoria y salvar así la independencia...

Juan Daniel Balcácer

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Historiador y ensayista. Especialista en historia dominicana.