Balaguer y los Mandos
Cómo Balaguer dividió y dominó a las fuerzas armadas durante 12 años

San Isidro -el mayor complejo militar bajo la Era de Trujillo que concentraba aviación, artillería, blindados e infantería, así como el CEFA y la Academia Batalla de las Carreras- derivó en la manzana de la discordia disputada por los jefes militares tras la muerte del dictador y la huida de Ramfis. Entre ellos emergió poderoso Elías Wessin y Wessin, comandante del CEFA, un coronel conservador fervoroso católico y anticomunista de Bayaguana hijo de libaneses, quien alcanzó gran arraigo entre las tropas y la oficialidad.
Durante el gobierno provisional de García Godoy, los militares norteamericanos lo extrajeron de su morada en operación aerotransportada, remitiéndolo escoltado a Panamá, asentamiento del Comando Sur y luego transferido a Miami, como parte del plan de pacificación, dado su rol beligerante en el conflicto de abril del 65. Sin embargo, Wessin había echado raíces.
Los militares constitucionalistas fueron concentrados en el campamento 27F en Sans Souci y sus líderes diseminados hacia destinos diplomáticos en América y Europa. Yo viví en el AILA y San Juan de PR la primera extracción y extrañamiento de oficiales constitucionalistas.
Al asumir Balaguer en julio del 66, el campo militar había sido apaciguado por el imperativo imperial, heredando el mandatario un cuadro de mando probado y renovado, auspiciado por EE. UU.
Aun así, Balaguer debió bregar a lo largo de 12 años con las contingencias de una guardia politizada y lo hizo con destreza, aplicando reglas básicas. Como enfrentar las amenazas sin ambages, girando la rueda siempre en torno suyo, evitando la concentración de poder en un solo grupo y manteniendo un equilibrio de fuerzas. Sembrando cizaña entre los mandos, bajo la premisa de divide et impera. Así, los subía y los bajaba, los rehabilitaba a conveniencia tras un tiempo "en desgracia", los rotaba para que no se atornillaran en el puesto.
La primera amenaza percibida fue la del general Imbert, héroe nacional del 30M, cabeza del GRN patrocinado por EE. UU., el otro polo simbólico del conflicto, finalmente sacrificado en la negociación de paz. Al general le dio por visitar los cuarteles y Balaguer reaccionó con energía prohibiéndolo expresamente. Al parecer no se entendió el mensaje. Militares del círculo presidencial atentaron contra la vida de Imbert el 27 de marzo de 1967, quien sobrevivió con 6 impactos en su cuerpo y logró conducir su vehículo hasta la Clínica Internacional.
Circularon rumores de que Ramfis había pagado el servicio. El presidente nombró al otro héroe sobreviviente, don Luis Amiama Tió como secretario de Interior y Policía al frente de una comisión investigadora. Presto, éste rindió su informe al mandatario señalando a los implicados. Como me contara, aún enardecido 10 años después, el 10 de mayo de 1977, en el Salón Verde del Palacio Nacional, en medio de la condecoración a Arciniegas, siendo Amiama embajador en España: - "Mira José al hombrecito ese, más malo; me dijo que, si esos eran los actuantes en el atentado a Imbert, ni él mismo me podía garantizar mi seguridad". Dicho a pocos pasos del doctor.
Conforme las memorias Yo, Balaguer de Gómez Borbón, el presidente visitó al héroe en su lecho. Más adelante, Imbert sería designado para presidir la corporación que construyó las presas de Sabana Yegua, Hatillo y Rincón, con auxilio del ingeniero Leandro Guzmán. Al abandonar el cargo en 1978, Balaguer habría especializado 657 millones para las obras. El 8 de octubre de 1986, con su retorno al poder por 10 años más, el general fue nombrado secretario de las FFAA, hasta 1988 y en 1989 designado presidente del Consejo de Administración de la Rosario Dominicana.
El segundo asunto cuartelario acaeció el 30 de junio de 1971, al develarse por delación una trama para derrocar el gobierno encabezada por el ex general Wessin. Teatralmente, Balaguer convocó a los mandos a Palacio y en presencia de Wessin -a quien llamara conspirador impenitente- pronunció una pieza magistral ante las cámaras de TV que seguí expectante, ofreciendo al imputado enmudecido la oportunidad de defenderse. Tras intento fallido de careo con el coronel FAD Mario Imbert McGregor, puso la suerte de Wessin en manos de sus compañeros de armas. Acordándose la deportación ya pautada por Balaguer.
Junto a Wessin, quien había concurrido a las elecciones del 70 logrando el 13 % de los votos por el PQD, fueron apresados oficiales activos y retirados, y dirigentes de su partido como los ingenieros Leonte Bernard Vásquez y Guillermo Piantini del Castillo -mi querido primo hermano, quien fungiera en el gabinete del GRN. Esta asonada se inscribía en la estrategia del famoso golpe de Estado Revolucionario que el MPD promovía para provocar una fractura de los cuerpos armados y crear condiciones para volver a los comandos. Que incluía a una facción del PRD, ganada en ausencia de Bosch, quien meses antes regresaría para "quitarle las garrapatas al buey".
Wessin fue reintegrado y designado secretario de las FFAA por Balaguer, entre junio de 1988 y junio de 1991. Siendo su papel clave, con los votos del PQD, en la ventaja computada a Balaguer frente a Bosch en 1990.
Una tercera amenaza provino en febrero de 1973 del conato del pequeño núcleo guerrillero de Caamaño desembarcado en Playa Caracoles, sofocado con el despliegue de unos 6 mil efectivos, bombardeos y empleo de perros rastreadores. Campaña culminante con el fusilamiento del coronel y la desaparición de su cadáver -hechos ampliamente documentados en obras testimoniales, incluida El Guerrillero y el General de Hamlet Hermann y Ramiro Matos. Encabezaban los mandos Jiménez hijo en la SEFFAA, Enrique Pérez en el EN, Lluberes Montás en la FAD. Beauchamps fue jefe de operaciones y Matos soporte logístico, cartográfico y en diseño de emboscadas. En la obra Balaguer/Borbón, extrañamente el elusivo doctor asume la orden de la solución final.
Como antecedente, en el texto se detalla el combate con los Palmeros de Amaury Germán -Comandos de la Resistencia- en las Américas, el 12 de enero de 1972, contraparte local del proyecto caamañista. Operación dirigida por tropas especiales de la Policía bajo la jefatura de Nivar Seijas.
Cuando Caracoles, Balaguer militarizó preventivamente con patrullaje las principales ciudades colocando a los jefes constitucionalistas Montes Arache y Lachapelle Díaz al frente en la capital y Santiago. Cerró la UASD, ordenó allanamientos y persecución a líderes del PRD como Bosch y Peña Gómez, para neutralizar cualquier apoyo a la operación guerrillera. Denunció un plan magnicida denominado Águila Feliz, acordonando la residencia de don Luis Amiama.
A raíz de la crisis de Caracoles y de una impactante entrevista al guerrillero solitario Toribio Peña Jáquez, realizada por Juan Bolívar Díaz para Ultima Hora, su jefe de redacción Gregorio García Castro – quien mantenía columna crítica al gobierno y se le relacionaba a Nivar Seijas- fue ultimado el 28 de marzo de 1973 en pleno corazón de la Ciudad Colonial por miembros de la PN. En Yo, Balaguer éste expresa su perturbación, ya que con el periodista había compartido exilio en NYC, siendo fundador de Acción Social, núcleo inicial del PR. El hecho conmocionó a la opinión pública, encabezada por el prestigioso director del Listín Diario, don Rafael Herrera. Juzgados y condenados los autores materiales, los intelectuales quedaron en penumbras.
Dos años después tocó la insania asesina al director de la revista Ahora y columnista de El Nacional, Orlando Martínez -vinculado al PCD-, quien en su columna Microscopio discurría en ocasiones con informaciones sensitivas al ámbito militar. También impactante por su juventud y brillantez, a la que Balaguer al parecer admiraba, este hecho quedó bajo el manto de una página en blanco en las Memorias de un Cortesano en la Era de Trujillo. De ambos casos Balaguer guarda distancia en la obra de Gómez Borbón, pero asume cargos por encubrimiento, alegando razones de Estado, ya que, a su criterio, la revelación de la trama habría generado perturbaciones mayores a su gobierno.
Superado el wessinismo cuartelario, en el curso de los 12 años rivalizaron 2 poderosos grupos militares. Uno liderado por el recio general Pérez y Pérez en alianza con Jiménez hijo en la secretaría del ramo, Lluberes Montás en la Aviación y Cruz Brea en inteligencia militar y en la PN. Nivar Seijas encabezaba el de San Cristóbal, con Rafael Js.Checo, Braulio Álvarez y otros -configuración que, junto a cuadros independientes, hegemonizó a partir de mayo de 1975, cuando los 3 jefes de estado mayor y el secretario presentaron renuncia al presidente en desacuerdo por la designación de Nivar, por segunda vez al frente de la PN, con mandato de investigar el asesinato de Orlando Martínez. Fue el mayor reto representado por los guardias al poder de Balaguer.
A diferencia de lo esperado por los renunciantes, el doctor reaccionó con su mejor sangre fría, asumió la cartera del ramo y empezó a mover fichas: Malagón Montesanos en la Aviación, Rivera Caminero en la Marina, Braulio Álvarez en el EN, y Beauchamps en la secretaría. A los renunciantes más señeros, tras breve castigo, los nombró en puestos civiles: uno en Interior y Policía (Pérez), otro en Exteriores (Jiménez), Lluberes Montás en Molinos Dominicanos.
Durante los 12 años aprovechó los talentos de sus jefes. De Pérez su don de mando y eficacia ejecutiva reconocidos por el coronel del MAAG Brian Bosch. De Neit su ambición política (aspiraba a sustituir al "Viejo"), capacidad organizativa y sagacidad. Promovió la rivalidad entre ellos, evitó formaran bloques que amenazaran su mando, los relegaba y rehabilitaba. Les hacía ver que el eje depositario del poder era él, el predestinado experimentado.
En la transición del 78, a los 4 senadores del fallo histórico que le otorgó el control del Senado y por esta vía el de los jueces (desde la SCJ hasta los de los juzgados de paz), de la JCE y la llave del proceso legislativo en nuestro sistema bicameral, quiso sumar el de las FFAA. Hizo aprobar el 31/7/78 una nueva Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, la no. 873, que aseguraría 2 años a los jefes de EM, nombrándolos antes de la jura de Guzmán. Transfirió el DNI a las FFAA. Pero al asumir Mano de Piedra, todo se derrumbó.