Vicisitudes de la gesta colombina
Un día como hoy se inició el viaje que daría a conocer el nuevo continente que se llamaría América por obra de la mala suerte del Almirante Cristóbal Colón.
Aunque los Reyes Católicos habían autorizado el viaje y habían ofrecido de todo al soñador navegante, en la región de Palos, de donde saldría la expedición, nadie confiaba en el extranjero. Hubo que convencer a dos familias navegantes de la zona, los hermanos Pinzón y los hermanos Niño, para que se integraran al viaje, armaran dos carabelas (La Pinta y La Niña) y hasta aportaran dinero en efectivo para cubrir parte del viaje, esto último, se dice porque Colón prometió a Pinzón “partir con vos como hermano”, lo cual nunca ocurrió.
De los más de cien marineros que ocuparon las tres naves, solo cuatro eran convictos, con lo cual se destruye la leyenda de que todos nuestros males provienen de que somos una raza nacida del bandidaje. Los estudios históricos de la gesta han identificado a 107, incluyendo al único sacerdote que viajó, al marinero Juan Rodríguez Bermejo, conocido como Diego de Triana, quien dio el grito de ¡Tierra! y a Juan y Diego Bermúdez, el primero de los cuales le puso nombre a un grupo de islas atlánticas: las Bermudas.
El grito de salvación para una tripulación casi en estado de amotinamiento, ocurrirá casi dos meses y medio después de partir. El 12 de octubre de 1492, una pequeña isla del archipiélago de las Bahamas dio veracidad al sueño del Almirante y la llamó San Salvador. Lo demás fue un paseo a saltitos de isla en isla hasta recalar en la que llamó Hispaniola, el 5 de diciembre, pero no bajó a tierra hasta el 6. ¿Será por eso que todo lo posponemos?