Sálvese quien pueda
Violencia, corrupción e inacción, el drama haitiano se profundiza
Los documentos de la Unidad de Estudios de Haití de la PUCMM, que coordina Fernando Ferrán, deberían ser de obligada lectura en los foros que se suponen preocupados por el tema.
Entre otras razones porque lejos del apasionamiento que despierta el tema, aportan datos. No solo teorías. Esos datos que suelen faltar a la hora de pontificar sobre qué debe hacer Haití. Y sobre todo, quién debe hacerlo.
En su boletín del 21 de febrero reproduce un análisis del International Crisis Group que viene a decir que si hace unos meses había esperanza de que se pudieran celebrar unas elecciones... hoy esa posibilidad es más remota que nunca.
En los últimos cinco meses las pandillas han ejecutado al menos cuatro masacres con 400 muertos. Las bandas son capaces de unirse para cometer atentados y controlan el 80 % de la capital, carreteras, y otras ciudades. ¿Elecciones este año? En 2016 votó el 20 %. Con la situación actual serían muchos menos los valientes de ir a una urna. Además de que no existe un censo electoral actualizado.
Pero el problema principal parece ser la incapacidad de los miembros del Consejo Presidencial de Transición de ponerse de acuerdo... en nada. Los tres que están acusados de corrupción no renuncian y los otros tienen cada vez más desacuerdos con los grupos que representan.
EE.UU. corta la ayuda, advierte de deportación masiva y Rubio explica que no se pedirá a República Dominicana que los acoja. Como casi nadie sabe qué hacer con Haití (y además nadie quiere hacerlo), la situación solo puede empeorar.
La diplomacia dominicana ha sido ejemplar en sus posturas en todos los foros. Pero si a la comunidad internacional le importó poco o nada lo que pasaba en Haití, con el desorden mundial actual... le interesará todavía menos.