La ADP y el ministro
Radiografía de la educación pública sin el filtro sindical
Era de esperar que la ADP criticara la designación de Luis Miguel De Camps como ministro de Educación. La nota debía estar preparada con antelación porque hubiera sido la misma fuera cual fuera el designado.
La "falta de experiencia" en el sector educativo de De Camps se compensa con la "sobrada experiencia" que tiene el país con la ADP.
El problema no son los fondos, ahí acertó el sindicato. No solo se le asigna el 4 % del PIB; el sector recibe dinero por muchas otras vías. Desde la USAID, (ahora en remojo), la Agencia Española de Cooperación (AECID), la Unión Europea, instituciones privadas, empresas... aquí todo el mundo colabora de alguna manera con la educación y por tanto, con la ADP. Desde los contribuyentes de otros países que con sus impuestos mantienen esas agencias internacionales, a los que pagamos el 4 % dominicano o la escuela privada sin la que el sector público colapsaría.
La ADP debería releer el estudio realizado por Berenice Pacheco-Salazar, PHD. y Joan Novoa, MA. para IDEC (Iniciativa por una Educación de Calidad), en el que se recogen datos importantísimos que la ADP nunca muestra. Se titula "¿Cómo lograr la educación de calidad? La voz de los centros educativos de República Dominicana" y es una radiografía de la enseñanza pública sin el filtro del sindicato.
La ADP es a la educación lo que los sindicatos de choferes al tránsito. La diferencia es que el tránsito nos amarga la vida (y nos apañamos) pero la mala educación ha truncado el futuro de unas cuantas generaciones. Y de rebote, el de todo el país.
Suerte a los nuevos incumbentes, porque la necesitamos todos. Y en un momento crucial, con la fusión de los dos ministerios -y sus consiguientes pataleos- en agenda.