Venezuela y los demás
Madrid, refugio de líderes venezolanos y símbolo de la inacción global
"Lo mismo que lo trajeron, si (él) lo desea, que lo lleven a Caracas". La frase de Felipe González iba dirigida a su compañero de partido y enemigo íntimo, Pedro Sánchez. Se acerca el 10 de enero y el ganador de las elecciones venezolanas, Edmundo González, sigue en Madrid donde después de dos meses de ser extraido por el gobierno español -como si fuera un secuestrado (de hecho lo era)- obtuvo la condición de exiliado.
¿De qué sirven las organizaciones internacionales en estos casos? Obviamente de nada. Si en Haití, solo alcanzan a mandar 300 policías kenianos y algún despistado más... poco van a poder hacer con un dictador enquistado en toda la corrupción imaginable, aliado con militares y sostenido fuera de sus fronteras por una izquierda burguesa y atolondrada.
La oposición venezolana está mermada. Son ya 7.9 millones los que se han ido y viven acogidos por países democráticos. En la declaración de Tánger, de la recién celebrada reunión sobre migraciones de la Internacional Socialista, se habla de los desplazados de Angola y Kurdistán. Ni una palabra de los venezolanos. Ni a Vargas Maldonado ni a Pedro Sánchez, destacados participantes, se les ocurrió tocar el tema.
El gobierno de España no se ha portado bien con el pueblo venezolano. Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez han adoptado bajo la excusa del "diálogo" la validación del robo de las elecciones. Otros presidentes han sido más coherentes y han denunciado lo que está a la vista. Luis Abinader entre ellos.
Cuba, Nicaragua, Venezuela... ese cáncer que se ha perpetuado en el continente. Si recordamos que Cuba ha sido electa seis veces para integrar el Comité de Derechos Humanos, podemos prever que en el caso de Venezuela la ONU se limitará a emitir declaraciones.
(Tiene plantillas de discurso para todo...)