Batalla naval
El reciente acuerdo de límites marítimos entre República Dominicana y el reino de los Países Bajos ha reavivado el debate sobre la delimitación geográfica en el Caribe
Un acuerdo sobre límites marítimos firmado entre el reino de los Países Bajos y República Dominicana ha sido el escenario de la batalla naval más acorde a las posibilidades de nuestra flota. (Pesquera o de guerra).
Como el tema es extremadamente especializado y muy fácil de manipular políticamente, la Cancillería se vio obligada a explicar: "(...) las delimitaciones de todas las zonas marítimas fueron trazadas en base a la equidistancia o igualdad de distancia entre los puntos, y será la línea geodésica, o mínima, formada por los puntos identificados por sus coordenadas geográficas expresadas en el sistema de referencia World Geodetic System de 1984."
Aclarado el conflicto, más interesante es pensar que en ese Caribe hispano, francés, inglés, holandés... todavía estamos trazando líneas. El viceministro de Política Exterior Multilateral Rubén Silié reflexionó días después, en su conferencia en la Cátedra de Literatura Caribeña René del Risco Bermúdez, sobre las Pluraridades identitarias en la cultura caribeña.
Y así, con ese tono didáctico y conciliador con que él habla, repasó una historia de incomprensiones nacionales impuestas y el inevitable surgimiento de realidades identitarias comunes.
Silié analiza el alejamiento entre las colonias, relacionadas solo con sus metrópolis siempre enfrentadas. Del nacimiento de nuevas sociedades a cuyas poblaciones que se les prohibe replicar su cultura originaria. De clases sociales basadas en la raza y la procedencia. De una nueva identidad que se parece a todos y a ninguno porque está formada por personas -todas- llegadas de otra parte.
Silié va narrando cómo este archipiélago de islas de diferentes religiones, razas y lenguas se yergue sobre un ethos que les une misteriosamente. Las fronteras, también en el agua, se trazan con escuadra y cartabón. Explicar el alma es un poco más complicado.