Cierre los ojos
Peatones y conductores en el caos vial dominicano
Hoy, la rueda de prensa de Intrant, en la que se dará la explicación al caos de los semáforos del pasado viernes, despierta más interés que cualquier declaración institucional de los últimos meses. Si fue sabotaje... terrible noticia. Si fue avería... terrible "normalidad".
Milton Morrison ha asumido una institución que además arrastra un caso de corrupción del que no se tienen muchas noticias en los últimos meses pero que es grave por el monto que envuelve, por el control del tránsito (que es cuestión de seguridad ciudadana) y porque incide hasta en el derecho a la privacidad
La movilidad es una cuestión de seguridad ciudadana a la que se ha pretendido ignorar; con mucho éxito, es triste decirlo. Y no va solo de semáforos. Ayer, APAP y la Alcaldía del Distrito inauguraban otra intersección adaptada para las personas con diferentes discapacidades y se invitó a los asistentes a una prueba: cierren los ojos y escuchen el tránsito al que se enfrentarían, si fueran ciegos, para cruzar una calle.
Si el caos del tráfico sufrido desde la seguridad de un vehículo nos causa estrés, pérdidas económicas y la posibilidad de que algún motorista nos tire encima sus dos ruedas, el peatón lo tiene mucho peor. Y si además vive con un problema de movilidad o está en el espectro autista, lo convierten en un ciudadano de quinta categoría.
Para redondear la semana, un camión causó la muerte varias personas en Azua. No hay día que salir a la calle no sea un tema de vida o muerte. Esquina a esquina una institución financiera y el ADN protegen a los peatones. Sobra decir que a esa colaboración se deben unir los conductores para que realmente se logre el objetivo.