El eslogan perfecto
Encontrar el eslogan que mueva al votante en la dirección "correcta" es una de las mayores preocupaciones de un candidato
Encontrar el eslogan que mueva al votante en la dirección "correcta" es una de las mayores preocupaciones de un candidato. Vale oro, o por lo menos así se paga. Para ello se contrata a los mejores estrategas, publicistas y todos los asesores que se puedan costear. En dólares.
Para 2024 se nos ofrecen algunos un tanto confusos. Tres años de bombardeo masivo (por tierra, mar y aire) han desgastado la palabra "cambio", fetiche del PRM. Porque su candidato repite, así que "cambio" indicaría lo opuesto. Cambio, si nos ponemos a ver, es no reelegir a Luis Abinader. Sabiamente, su ejército de consiglieri ha ido preparando el terreno: "Estamos cambiando". O sea, que los que cambiamos somos nosotros. (Pero deseablemente no de voto, cruzan ellos los dedos.) Complicado: cambio sí, pero no se vayan a equivocar de cuál exactamente.
El lema de Leonel va más dirigido al subconsciente: "Volvamos p´alante". O volvemos o avanzamos, pensaría uno. Las dos cosas al mismo tiempo es complicado si no se es un político profesional, que como se sabe, puede estar y no estar, ser y no a ser a la vez. Se deduce que es un guiño al famoso "E´ p´alante que vamos!" que tanto éxito tuvo en 2008. Pero 2008 queda muuuuuy lejos. Que si p´alante, que si volver, volver, volver y volver... Volver a avanzar; se entiende a medias, cuesta.
Abel manejó uno muy bien articulado: "Quien cambia una ciudad, cambia un país". Alineaba la idea de renovación con la experiencia de gobierno municipal exitosa. Lo dejó, quizá porque su vocación de cambio se concentró en despachar airadamente a sus jefes de campaña.
Otros, con menos recursos, optan por lo obvio: Fulano, tu diputado. Mengano con la gente. Soy como tú...
Y Miguel Vargas lo borda: "Un presidente bueno y distinto". Ese es de libre interpretación.