Oposición y gobierno
El debate entre Abinader y Leonel fortalece la democracia dominicana
Un va y viene. Intercambio de señalamientos y réplicas, con el presidente Luis Abinader y el expresidente Leonel Fernández como protagonistas. En vez de confrontaciones estériles o ataques personales, oposición y gobierno han optado por un diálogo firme pero respetuoso, que refuerza el debate democrático en un régimen de derecho.
Todo comenzó cuando el presidente Abinader, en respuesta a críticas de Fernández sobre la situación del país, lo invitó a visitar Santiago para constatar los avances de su gobierno en esa provincia.
Leonel aceptó el reto y, desde la Ciudad Corazón, lanzó sus granadas verbales, denunciando deficiencias y señalando lo que, a su juicio, son los desaciertos de la actual gestión en la capital cibaeña.
Lejos de escalar el termostato del enfrentamiento, Abinader respondió nuevamente, esta vez con una invitación a Fernández para que lo acompañe a Pedernales, donde su administración impulsa una ambiciosa transformación turística.
Además de recorrer la zona, el presidente propuso un almuerzo, todo un gesto de apertura al diálogo y la confrontación de ideas en un ambiente de respeto mutuo. Si habrá chenchén y chivo está por verse. Gaseosas, seguro.
Este tipo de interacción, aunque cargada de contenido político y evidentes intenciones electorales, aporta al fortalecimiento de la democracia dominicana. Que los líderes se enfrenten en el plano de las ideas, y no en el de las descalificaciones personales, es una señal saludable.
El tono de respeto y la disposición al debate de visiones y ejecuciones que se ha mantenido hasta ahora deben servir de ejemplo de cómo manejar las diferencias en el marco de un Estado de derecho, donde la confrontación política no excluya la civilidad ni el compromiso con el bienestar común.
¿Más asaltos en el ring?