“Es difícil reducir la mortalidad perinatal cuando hay hospitales que no tienen ni agua para lavarse las manos”
Orsini es pediatra, expresidenta de la Sociedad Dominicana de Pediatría, es empleada en el sector público y privado y dice que todos son responsables
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en diariolibre.com
SANTO DOMINGO. La pediatra Sandra Orsini dice que si el país no ha logrado disminuir la mortalidad infantil, no es por falta de esfuerzo institucional ni porque haya recursos humanos incapaces de ejercer su trabajo, sino porque, entre otros factores, no existen las unidades de cuidados intensivos neonatales ni los medicamentos de calidad para que el personal de salud haga un buen trabajo.
—¿Usted cree que las autoridades trabajan para reducir la alta mortalidad infantil?
Aunque , ciertamente en el país no hemos logrado tener estrategias que impacten de manera positiva en disminuir la mortalidad infantil que aumentó de un 28 a 31 por cada 1,000 nacidos vivos y básicamente a expensas de las muertes neonatales que pasaron de un 23 a 25 por cada 1,000 nacidos vivos, las autoridades han hecho su esfuerzo para reducirlo.
Se han hecho capacitaciones por parte del organismo oficial y organismos internacionales a los pediatras. Se han hecho protocolos y guías de manejo y un sinnúmero de esfuerzos, pero no ha habido ningún impacto positivo.
—¿Será que faltan especialistas para afrontar esa alta mortalidad?
No. Aquí hay recursos humanos suficientes como para nosotros no tener esos números que son vergonzosos, pero hay que trabajar muchas cosas, no te puedo decir que hay un solo culpable, es un asunto multifactorial donde, definitivamente, se necesita mejorar la capacitación del personal médico y el compromiso de ese personal para la atención del recién nacido. Los pediatras tienen que involucrarse de manera directa, como parte de su responsabilidad, el personal no pediatra, pero que tiene acceso a los niños, también tiene que involucrarse en la atención del recién nacido.
En el país los médicos están muy capacitados, lo que pasa es que la medicina pública es sumamente mal pagada y muchos de esos médicos no cumplen horarios estrictos y aunque vayan a trabajar y tengan el conocimiento no existen las unidades de cuidados intensivos neonatales ni los medicamentos de calidad para hacer un trabajo como tiene que ser.
—¿Cómo está el país en materia de unidades especiales para el cuidado de los neonatos, cuánta existen, además de la que está en la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia?
Pocas, alrededor de cuatro en todo el país, con ocho cunas. Las autoridades tienen que mantener unidades neonatales equipadas con todos los requisitos para poder dar una atención de calidad. Necesitamos tener mayor espacio para los recién nacidos de riesgo, que debe recibir una atención de calidad para evitar los traslados que aumentan la mortalidad.
—¿A nivel privado, cuál es la situación?
Es peor. Cada vez que nace un niño en una clínica que no tiene una unidad neonatal hay que comenzar a gestionar su traslado para conseguirle un ventilador. Eso es un tiempo perdido valioso para ese recién nacido, porque entre conseguir un lugar, lograr trasladarlo, que lo acepten en ese sitio, se pierde un tiempo considerable y ese recién nacido muere.
En las pocas clínicas que cuentan con unidades los pacientes de escasos recursos económicos que asisten porque tienen un seguro médico, no pueden pagar el servicio, porque es altamente costoso y muchas de las aseguradoras de salud ni siquiera los cubren.
Formo parte de una red de atención neonatal, donde hay varias instituciones y el pasado lunes tenían un niño que necesitaba ser trasladado desde Azua y no había una unidad de cuidados intensivos neonatal y no se lo pudo recibir.
Lo peor es que, probablemente muera.
—Doctora, ¿el nacimiento prematuro se puede prevenir? Claro que sí, hay embarazos de alto riesgo y el médico gineco-obstetra lo advierte. Los nacimientos prematuros se pueden minimizar y en el caso que sean inevitables, se pueden organizar las condiciones en que va a nacer y preparar todo para que reciba de manera inmediata la atención que necesita.
Siempre habrá partos prematuros, pero esos números pueden descender de manera importante. Hay países donde nacen niños de 24 semanas y se salvan, lo que hay es que mejorar la atención médica, en el embarazo, los ginecólogos tienen que comprometerse con una atención de calidad en las embarazadas para que disminuyan la cantidad de partos prematuros que es una carga importante.
Las mujeres deben asumir su compromiso e ir a los centros de salud y llevar las orientaciones que su médico les da.
Las infecciones que son la segunda causa de muerte entre los prematuros deben ser controladas desde los hospitales y es un compromiso de los familiares y del personal de salud, del sistema, pero aquí hay hospitales que no tienen ni agua para lavarse las manos.