Las jóvenes que se interesan por la Academia Naval para retarse como mujeres
Cuando llegó en 2015 a sus 140 años de existencia, la institución comenzó a recibir estudiantes femeninas tras adecuar el programa y las instalaciones
SANTO DOMINGO ESTE. Ingresará a la Academia Naval el próximo primero de octubre, y ya tiene un porte militar. Jazmín Díaz, de 16 años, quiere superar la mala fama que ha dejado la delincuencia hacia los jóvenes del barrio Capotillo, uno de los más violentos de la capital dominicana, y donde se crió.
“Me gusta la milicia porque nos enseña mucha disciplina y en mi barrio usted no encuentra eso”, dice la joven que formará parte de la segunda promoción de mujeres guardiamarinas de la Academia Naval de la Armada de República Dominicana, que comenzará los estudios el mes entrante.
Después de 140 años de fundada, la institución habilitó su plan de clases e instalaciones para recibir el año pasado a la primera promoción femenina. Una vez se gradúe este grupo en diciembre de 2019, de la licenciatura en Ciencias Navales, las mujeres harán las labores ordinarias de las unidades de la Armada, a las que los hombres están acostumbrados, tales como comandar los buques, perseguir el narcotráfico e interceptar viajes ilegales.
“La Armada tiene mujeres en sus filas, tenemos oficiales y alistadas, pero la Academia no contaba en su momento con la estructura para recibir a las damas guardiamarinas (...) Se está viviendo como una nueva ola en que las mujeres están haciendo exigencias con relación a la equidad de género, entonces están pidiendo su espacio, y la Armada les ha concedido ese espacio”, dice el capitán de navío Juan Crisóstomo, director de la Academia Naval, vicealmirante César A. de Windt Lavandier.
A pesar del interés, no todas permanecen. El año pasado se presentaron entre 60 y 70 jovencitas, ingresaron 18 a la Academia, y quedan 11. “Muchas veces se dan cuenta de que no es su real vocación”, comenta Crisóstomo.
Carmen de los Santos es una señorita de 19 años del barrio Sabana Perdida de Santo Domingo Norte que quiso romper con lo que llama un estereotipo, y se alistó en la primera promoción. “Decidí ingresar a la Armada porque me quise salir del rol de ser la doctora, la que trabaja en la oficina, quise ir más allá”, comenta. “No lo veo mal”, aclara, “pero siempre como que la mujer se ha ido por ese lado y quise que las damas vean que se puede ir más allá”.
El Gobierno cubre los gastos de los estudiantes internos en la Academia Naval, quienes reciben un estipendio de entre RD$9,000 y RD$10,000. Una vez graduados, egresan con el rango de teniente de corbeta, y la compensación no será muy alta. Dependiendo de la función que desempeñen, pueden llegar a ganar RD$15,000 o más como salario base más incentivos, explica Crisóstomo.
“La Armada es un asunto de vocación”, reitera el capitán cuando se le cuestiona el bajo sueldo. “Nosotros no les ofrecemos aquí como incentivo el salario (...) Si usted viene aquí es porque quiere recibir una formación en asuntos marítimos, en asuntos navales”.
Actualmente, hay 57 guardiamarinas de primer año hombres y 11 femeninas. Una de ellas es la panameña Penélope de la Cruz, quien es becada, de 20 años. “Es un reto, principalmente porque ingresé a la aeronaval como un reto que quise afrontar a mí misma, a afrontar qué yo era capaz de hacer y de demostrar”, responde cuando se le pregunta si está mentalmente preparada para ejecutar tareas complejas como la persecución del narcotráfico.
Para la promoción que empezará en octubre próximo se examinaron 216 mujeres de todo el país, se seleccionaron 100 que se depuraron hasta quedar las 18 que conformarán el nuevo grupo. Las aspirantes aseguran que no desertarán.
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