¿En qué situación se encuentra Birmania tres años después del golpe de Estado?
Los opositores quieren una Birmania igualitaria
La Premio Nobel Aung San Suu Kyi, en la cárcel, un país en ruinas, una Junta contra las cuerdas y una resistencia armada que sigue ganando terreno... Tres años después del golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, Birmania está en llamas.
La oposición reafirmó su ambición en un texto publicado ayer, miércoles: derrocar el régimen militar birmano y avanzar hacia una nueva unión democrática y federal. Así es como el Gobierno de Unidad Nacional de Birmania (NUG), el movimiento de oposición en el exilio, describe su objetivo político. Los opositores quieren una Birmania igualitaria.
Y para lograrlo, fijan por primera vez un rumbo preciso que se resume en seis puntos: que las fuerzas armadas dejen de participar en política, que los militares se pongan bajo el control de un gobierno civil elegido democráticamente, con una nueva Constitución y el establecimiento de un Estado federal.
Un último punto: el texto prevé lo que se conoce como un mecanismo de justicia transicional. En otras palabras, el objetivo último del NUG es curar las heridas de la sociedad birmana, designar a los responsables y reparar lo que se pueda reparar para devolver al país al buen camino y recuperar un futuro.
Mantener el poder
Excepto que, hasta la fecha, no hay ninguna posibilidad de que la junta abandone el poder. El NUG es muy consciente de ello. Pero es un texto que tiene valor de profecía y de estímulo. Porque los tres años transcurridos desde el golpe de Estado han coincidido con el avance continuado de los grupos rebeldes en varias regiones. En el este, en el estado de Shan, cerca de la frontera china, han recuperado el control de una amplia zona perdida hace 15 años, y han derrotado a varios miles de soldados que han entregado sus armas.
Al oeste, en Arakan, se han apoderado de la ciudad estratégica de Paletwa, de las carreteras y de los ríos circundantes. Tienen en sus manos todo lo que puede atravesar esta provincia por carretera o por barco con destino a la India y Bangladesh, que se encuentran a pocos kilómetros. En resumen, algunos de los grupos rebeldes birmanos han unido sus fuerzas. Y desde octubre, han pasado de hostigar a la junta a pasar a la ofensiva, con resultados impresionantes.
Desánimo
¿Son capaces estos grupos armados de doblegar al régimen birmano? Militarmente, esto nunca ha ocurrido en la historia de la Birmania contemporánea. Los soldados birmanos están desmotivados, mal equipados y mal entrenados, pero hasta la fecha no se han producido deserciones importantes en la estructura de mando. Y siguen teniendo superioridad aérea: helicópteros y aviones de combate que les permiten resistir. Si los generales capitulan alguna vez -en este momento sigue siendo una ficción- habrá otra batalla que librar, la creación de una identidad nacional en un país multiétnico donde no será fácil compartir el poder.