Nueve soldados israelíes mueren en una emboscada tras varias semanas de dura campaña en Gaza
Las tropas terrestres israelíes siguen inmersas en fuertes combates con milicianos palestinos
Milicianos palestinos emboscaron a tropas israelíes en un intrincado barrio de Ciudad de Gaza y mataron al menos a nueve soldados, según dijeron medios el miércoles, dentro de una fuerte resistencia de Hamás en zonas que Israel ha aislado y castigado con ataques aéreos durante nueve semanas.
La ofensiva aérea y terrestre ha matado a unos 18,400 palestinos, la mayoría civiles, desde el ataque de Hamás el 7 de octubre que desencadenó la guerra. Casi el 85% de los 2.3 millones de habitantes de la Franja de Gaza se ha visto obligado a abandonar sus hogares y buena parte del norte de Gaza se ha convertido en un erial.
El gobierno del presidente Joe Biden ha insistido a Israel en que tome más medidas para evitar lastimar a los civiles palestinos, aunque ha bloqueado las peticiones internacionales de un cese el fuego y enviado ayuda militar a su estrecho aliado.
Las tropas terrestres israelíes siguen inmersas en fuertes combates con milicianos palestinos en Ciudad de Gaza y sus alrededores, más de seis semanas después de que los soldados invadieran el norte. Durante la noche y el miércoles de madrugada se produjeron enfrentamientos en varios puntos, con especial dureza en Shijaiyah, según los vecinos.
"Es terrorífico. No pudimos dormir", dijo por teléfono Mustafa Abu Taha, un trabajador agrícola palestino que vive en el vecindario. "La situación va a peor y no tenemos un lugar seguro donde ir".
La radio del ejército israelí dijo que las tropas registraban un grupo de edificios en Shijaiyah el martes cuando perdieron las comunicaciones con cuatro soldados que recibían disparos, lo que planteó el temor a un posible secuestro. Cuando los demás soldados iniciaron una operación de rescate, fueron emboscados con intensos disparos y explosivos.
Entre los nueve muertos estaban el coronel Itzhak Ben Basat, de 44 años, el oficial de mayor rango abatido en la operación terrestre, y el teniente coronel Tomer Grinberg, jefe de batallón.
El ejército confirmó las muertes pero no respondió a una petición de comentarios. Varios medios israelíes dieron versiones similares de la batalla.
Los chaparrones de la noche inundaron campamentos de carpas en el sur de Gaza, donde Israel ha dicho a la gente que busque cobijo pese a que la zona ha sufrido reiterados bombardeos.
El sistema de salud y las operaciones humanitarias han colapsado en gran parte del territorio debido a los combates y al bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza, y los cooperantes han advertido de hambre y propagación de enfermedades entre los desplazados.
Los ataques israelíes nocturnos golpearon dos edificios residenciales en Jan Yunis, en el sur, donde fuerzas terrestres israelíes han iniciado una nueva línea de ataque este mes.
Un ataque contra una vivienda cerca de la autopista principal entre Jan Yunis y la localidad fronteriza sureña de Rafah mató a dos niños de dos y ocho años, una mujer octogenaria y otra mujer en la treintena, según Mohammed al-Beiyouk, primo de una de las víctimas. Otro ataque mató a un bebé y a su abuelo, según registros hospitalarios del Hospital Nasser en Jan Yunis.
El ejército no suele hacer comentarios sobre ataques concretos. Israel dice que intenta evitar el daño a los civiles y culpa a Hamás de la alta cifra de muertos porque oculta combatientes, túneles y armas en zonas residenciales.
En Israel, la atención sigue centrada en las atrocidades ocurridas el 7 de octubre, cuando fueron asesinadas más de 1,200 personas, la mayoría civiles, y unas 240 fueron tomadas como rehenes. En torno a la mitad de ellos siguen cautivos. Ha habido poca cobertura mediática o debate público sobre las penurias de los civiles en Gaza.
La indignación internacional ha seguido creciente. La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el martes una resolución que pedía un cese el fuego humanitario por 153 votos a favor, 10 en contra y 23 abstenciones. La votación no vinculante era principalmente simbólica, pero servía de indicador de la opinión global. Ninguna de las grandes potencias se sumó a Israel y Estados Unidos en su oposición.