Bombardeos israelíes en Gaza y disparos en la frontera con Líbano avivan temores de escalada
Tensiones entre ejército israelí y grupos palestinos
El ejército israelí bombardeó el viernes la Franja de Gaza y mantuvo los cruces de disparos con el movimiento proiraní Hezbolá en la frontera con Líbano, entre temores de que el conflicto se extienda a gran escala en la región.
Las fuerzas israelíes bombardearon de madrugada el territorio palestino, sobre todo la ciudad de Rafah, en el sur, donde se hacina gran parte de la población, y también varios sectores en el norte y centro del enclave, como el campo de refugiados de Nuseirat y los alrededores de Deir al Balah.
El conflicto, que estalló tras el ataque del movimiento islamista palestino Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, ha provocado un repunte de violencia en la frontera entre Israel y Líbano, donde se han recrudecido los enfrentamientos entre el ejército israelí y los combatientes de Hezbolá.
Durante la noche, el ejército dijo haber interceptado un "objetivo aéreo sospechoso" lanzado desde Líbano. Y la prensa informó de bombardeos israelíes en el sur de Líbano.
La "existencia" de Israel
En Estados Unidos, el consejero israelí de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, y el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, se reunieron con el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
Blinken "reiteró el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la seguridad de Israel", según su portavoz Matthew Miller.
El secretario de Estado subrayó, sin embargo, "la importancia de evitar una nueva escalada en Líbano" mediante una "solución diplomática que permita a las familias israelíes y libanesas", desplazadas por el cruce de disparos en la frontera, "regresar a sus hogares", añadió Miller.
Blinken advierte que ataque de Israel en Rafah pone en riesgo a más civiles
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró el jueves que Israel libra "una guerra por su existencia" y que su país necesitaba las armas de Estados Unidos, su aliado histórico.
"Ningún otro país hace más para ayudar a Israel a defenderse contra la amenaza de Hamás", respondió el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
En un discurso incendiario, el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, advirtió el miércoles que "ningún lugar" de Israel estaría a salvo si el gobierno israelí abría un nuevo frente en su frontera norte.
El jefe del ejército israelí, el general Herzi Halevi, respondió que su país tiene "capacidades infinitamente superiores" a las de Hezbolá.
"Ningún impacto"
Tras más de ocho meses de guerra, la situación en la Franja de Gaza, un estrecho territorio de 2,4 millones de habitantes, es crítica y la población está al borde de la hambruna, según la ONU.
La ayuda humanitaria llega con cuentagotas y la "pausa" diaria anunciada por el ejército israelí en las operaciones en el sur no tiene "ningún impacto" en la llegada de los víveres, aseguró el viernes el doctor Richard Peeperkorn, un responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los territorios palestinos ocupados.
El ejército anunció la semana pasada una pausa "de 08H00 a 19H00 (05H00 a 16H00 GMT) todos los días y hasta nuevo orden" en la zona que va desde Kerem Shalom, un paso fronterizo en el extremo sur de Gaza, hasta el hospital europeo de Rafah, más al norte.
La guerra estalló el 7 de octubre, cuando comandos de Hamás perpetraron un ataque en el sur de Israel en el que murieron 1.194 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Unas 251 personas fueron capturadas aquel día, de las que 116 siguen secuestradas en Gaza y entre las cuales, según el ejército israelí, 41 habrían fallecido.
Como represalia, Israel prometió destruir a Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, y lanzó una ofensiva sobre el enclave que ha dejado, por el momento, 37.431 muertos, sobre todo civiles, según los últimos datos del ministerio de Salud de Gaza.
El ejército israelí anunció el viernes la muerte en combate de dos soldados, en el centro de Gaza, lo que lleva a más de 310 el número de militares fallecidos desde el inicio de la operación terrestre el 27 de octubre.
Los combates en tierra continúan en el sector de Rafah, donde "varios terroristas fueron eliminados", agregó el ejército.
Unas instalaciones de lanzamiento situadas en una zona de desplazados cerca de Jan Yunis, en el sur, fueron "blanco de un bombardeo" el jueves por la noche, añadió la misma fuente, precisando que se llevaron a cabo "varias medidas" para "limitar los daños causados a los civiles".