Israel asume su ofensiva en Rafah y dice investigar la muerte de civiles palestinos
El ejército israelí confirmó el lunes que lanzó ataques aéreos contra un campamento de Hamás en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, y que está al tanto de los informes de que civiles resultaron heridos en el incidente. Hamás asegura que 35 personas murieron como consecuencia del ataque.
El incendio en Rafah fue provocado después de un ataque israelí contra dos comandantes de Hamas de alto rango, eliminados desde el aire.
Tsahal afirmó en un comunicado que había atacado un edificio de Hamás con “munición de precisión” basándose en “información de inteligencia precisa”.
Los ataques aéreos mataron al secretario general de Hamás para Cisjordania y a otro alto representante del grupo palestino, añadió.
El ejército israelí está “al corriente de informaciones según las cuales varios civiles de la zona resultaron heridos en un incendio” provocado por el ataque, según el comunicado. “El incidente está siendo investigado”, añadió.
Treinta y cinco personas murieron y decenas resultaron heridas en el ataque israelí, indicó un portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, que añadió que la mayoría eran mujeres y mujeres y niños.
La abogada general del ejército israelí, Yifat Tomer Yerushalmi, calificó el lunes el incidente de “muy grave” y dijo que “las Fuerzas de Defensa Israelí lamentan que no combatientes hayan resultado heridos durante la guerra”.
El domingo, por primera vez en cinco meses, sonaron las alarmas antiaéreas en la zona urbana central densamente poblada de Israel. Instantes más tarde pudieron oírse las explosiones y verse las nubes de humo en el firmamento, que los israelíes ya conocen como la intercepción en vuelo de los cohetes lanzados desde Gaza, por el sistema de defensa aéreo Cúpula de Hierro.
Los palestinos lanzaron ocho proyectiles que cayeron en descampado o fueron derribados, pero las esquirlas causaron daños materiales.
Fuentes israelíes estimaron que medida que avanza el operativo militar israelí en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza, Hamás hace uso de las municiones y los misiles que aún quedan en su arsenal, antes de que sean descubiertas y destruidos en tierra y sin uso, por las fuerzas israelíes.
Paralelamente a las batallas, Israel y Hamas continúan negociaciones indirectas en El Cairo por la liberación de los israelíes secuestrados. Hamas exige la finalización de la guerra mientras que Israel estaría sólo dispuesto a una tregua prolongada, que le permita en el futuro continuar combatiendo a Hamas para alejarlo del poder en Gaza.