Detienen otro sospechoso en asesinato del presidente Jovenel Moïse
El hombre fue detenido en Pétion-Ville
Uno de los sospechosos del asesinato del presidente Jovenel Moïse, Joseph Félix Badio, fue detenido este jueves en Puerto Príncipe, capital de Haití.
"Está confirmado. Badio fue arrestado. La policía comunicará los detalles en breve", dijo a el periódico haitiano Le Nouvelliste una fuente cercana a la sede de la PNH.
El hombre fue detenido en Pétion-Ville, uno de los sectores más exclusivos de Puerto Príncipe.
Otro implicado en el caso, el exsenador haitiano Joseph Joel John, se declaró culpable de participar en el asesinato del presidente Moïse. Admitió haber proporcionado vehículos y otros recursos para el magnicidio. John es la tercera persona inculpada en Estados Unidos por la muerte de Moïse.
Los demás acusados hasta la fecha, Rodolphe Jaar, un empresario haitiano-chileno, y Germán Rivera, un oficial retirado del ejército colombiano, también se declararon culpables de participar en el magnicidio.
Jaar, de 49 años, fue condenado en junio a cadena perpetua en los Estados Unidos Jaar, por "conspirar para cometer asesinato o secuestro fuera de Estados Unidos y de brindar apoyo material con resultado de muerte".
Rivera espera su sentencia a finales de este mes de octubre.
Otro de los soldados, Mario Palacios, también está detenido en Miami y enfrenta acusaciones en el mismo caso. Su próxima audiencia es el 25 de octubre.
También están detenidos los haitianos-estadounidenses James Solages, Joseph Vincent y Christian Sanon.
Cómo se ideó el magnicidio de Moïse
El 7 de julio de 2021, un comando armado de unos 20 colombianos asesinó a tiros al presidente haitiano, de 53 años, en su residencia privada en Puerto Príncipe, sin que intervinieran sus guardaespaldas.
Según la Fiscalía estadounidense, dos directivos de una empresa de seguridad de Miami idearon un plan para secuestrar a Moïse y sustituirlo por Christian Sanon, un ciudadano haitiano-estadounidense que quería convertirse en el presidente del país caribeño.
El objetivo de esos instigadores -el venezolano Antonio Intriago y el colombiano Arcángel Pretel Ortiz- era firmar contratos lucrativos para construir infraestructuras y proveer fuerzas de seguridad a un futuro gobierno liderado por Sanon, también inculpado en Estados Unidos.
Su idea inicial era secuestrar a Moïse, pero al no conseguirlo, los conspiradores decidieron asesinar al mandatario.
Haití se encuentra sumido en el caos desde el asesinato de Moïse. Las bandas controlan alrededor del 80 % de la capital haitiana, y los delitos violentos, como los secuestros para pedir rescate y los robos a mano armada se disparan en la empobrecida nación caribeña.