El comercio mundial tensa reunión entre dirigentes de China y la UE
La Unión Europea teme quedar atrapada entre las subvencionadas economías de Estados Unidos y de China
Los desacuerdos comerciales marcaron este lunes la primera visita a Europa desde el covid del presidente chino, Xi Jinping, quien desechó las preocupaciones de su par francés, Emmanuel Macron, y de la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Aunque los tres dirigentes reunidos en la sede de la presidencia francesa en París parecieron querer avanzar en la misma dirección sobre la guerra en Ucrania, no intentaron disimular sus tensiones comerciales.
La Unión Europea teme quedar atrapada entre las subvencionadas economías de Estados Unidos y de China y, en los últimos meses, aumentó sus investigaciones a las ayudas estatales chinas a varias industrias, como los autos eléctricos.
La UE "no dudará en tomar decisiones firmes" para "proteger su economía y su seguridad", dijo este lunes Von der Leyen. El presidente francés abogó al principio de la reunión por unas relaciones comerciales "equilibradas" con China.
"El denominado 'problema de sobrecapacidad de China' no existe ni desde la perspectiva de la ventaja comparativa ni a la luz de la demanda mundial", respondió el dirigente comunista, según una nota de la cancillería china.
Los numerosos conflictos comerciales entre ambos podrían acabar con un alza de aranceles.
En una entrevista al semanal La Tribune Dimanche, Macron reconoció no obstante que los europeos no son "unánimes" sobre qué estrategia adoptar, en una referencia velada a Alemania, acusada de querer preservar sus exportaciones de autos a China.
Pekín, que considera las medidas europeas como "proteccionistas", también lanzó su propia investigación contra las subvenciones estatales, en particular sobre el coñac francés, a la que se opone Macron ante la presión de la industria.
El primer viaje oficial de Xi a Europa desde 2019, que le llevará también a Serbia y Hungría, coincide con el 60º aniversario de sus relaciones diplomáticas con Francia, que se ve como una "potencia de equilibrio" entre Pekín y Washington.
Escapada pirenaica
Tras la reunión con Von der Leyen, los presidentes de China y Francia se desplazaron a continuación al Hotel de los Inválidos, donde pasaron revista a las tropas, antes de regresar de nuevo al Palacio del Elíseo para una conversación bilateral.
La guerra de Ucrania es otro de los grandes temas previstos. La "coordinación" con Pekín sobre las "grandes crisis" en Ucrania y en Oriente Medio es "absolutamente decisiva", aseguró Macron, quien organizó también una cena de Estado para Xi.
El dirigente francés tiene previsto pedir a su par chino que apoye la "tregua olímpica" para todos los conflictos con motivo de los Juegos Olímpicos previstos este verano boreal en París.
Francia quiere que China, principal aliado del presidente ruso, Vladimir Putin, no apoye sus esfuerzos bélicos y que utilice sus vínculos con Moscú para "contribuir a la resolución de este conflicto", según la presidencia francesa.
Xi, que desea el retorno de "la paz y la estabilidad" en Europa, dijo en el diario Le Figaro que quiere "trabajar con Francia y toda la comunidad internacional para encontrar buenas vías de resolución de la crisis" en Ucrania.
"El presidente Xi ha desempeñado un papel importante en la desescalada de las irresponsables amenazas nucleares de Rusia y confío en que siga haciéndolo", subrayó Von der Leyen, horas después que Moscú ordenara llevar a cabo ejercicios nucleares en un "futuro próximo".
La guerra en Ucrania podría también estar en el menú durante el almuerzo previsto el martes en el pirenaico Col du Tourmalet, una escapada más informal y más personal para Macron, donde pasaba sus vacaciones de niño con su abuela.
Sobre la delicada cuestión de los derechos humanos, Macron dice que prefiere discutir los "desacuerdos a puerta cerrada" y no hacer de Taiwán una prioridad, pese a que está en el centro de las fuertes tensiones entre Estados Unidos y China.
Grupos de defensa de los derechos humanos, que acusan a China de reprimir a la minoría musulmana de los uigures y de encarcelar a decenas de periodistas, urgieron al presidente francés a tratar estas cuestiones en los encuentros.
El domingo, unos 2.000 manifestantes, según la policía, desplegaron también una bandera tibetana en París, acusando a Xi de ser un "dictador" y de querer borrar la cultura local en la región del Tíbet.