Los palestinos aguardan esperanzados la liberación de algunos presos
Muchos presos palestinos sufren negligencia médica
Mientras se espera la liberación de parte de los rehenes israelíes retenidos por Hamás, los palestinos también están a la espera de la liberación de algunos de sus presos. Las modalidades aún no han sido detalladas, pero las familias son optimistas, aunque prudentes.
El nombre de Rawan Abu Ziadeh está en la lista de las potenciales presas palestinas liberadas por Israel, como parte del acuerdo sobre una tregua temporal y la liberación de rehenes israelíes. Hoy en día de 29 años, la mujer pasó más de ocho años en la cárcel tras haber sido arrestada en julio de 2015, cerca de la torre militar de su pueblo, acusada de haber acuchillado a un soldado.
Su padre, Nafes, la espera con impaciencia, pero prefiere ser prudente, como lo explica a RFI: "Esto ocurrirá si Dios quiere. Pero cuando hay problemas entre dos países, está lo que se dice un día, y a veces, al otro día, no ocurre. Pues no cantamos victoria demasiado temprano, porque si nuestra hija no es liberada, estaremos realmente decepcionados", cuenta.
Sin embargo, la esperanza está: "Evidentemente, lo esperamos, por eso decimos ´si Dios quiere´. Por ejemplo, si te pongo un billete de 100 euros delante y te digo ´cógelo´, vas a pensar que no es real, vas a pensar que al final no te lo voy a dar. La única manera de creerlo es tomarlo y verlo por ti mismo. Es lo mismo. Me permitiré creerlo una vez que mi hija esté de vuelta en casa, y una vez que pueda darle un abrazo", insiste Nafes.
Israa Jaabis, presa emblemática
Entre las esperadas liberaciones, hay un nombre que atrae especialmente la atención de los palestinos: el de Israa Jaabis. Esta madre de familia de 38 años, originaria de Jerusalén, está entre rejas desde 2015. Fue condenada por hacer explotar una bombona de gas de cocina en su coche a 500 metros de un puesto de control, hiriendo a un soldado israelí. El Estado hebreo la acusa de terrorismo. Israa Jaabis, por su parte, siempre ha alegado un accidente.
"En la explosión, el 65% de su cuerpo sufrió quemaduras de primer y tercer grado. Y según los informes de los médicos israelíes en prisión, habría necesitado nueve operaciones", pero sólo pudo someterse a dos, explica Taher Shreteh, portavoz del Comité de Presos Palestinos.
Para Shatha Odeh, una de sus ex compañeras de prisión, su liberación es por tanto una cuestión de urgencia vital: "No se trata de una operación decorativa, ni de cirugía estética. Es para que pueda usar las manos. Lo impugnó ante los tribunales, pero perdió", dice.
Según ella, al igual que Israa, muchos presos palestinos sufren negligencia médica. Esta enfermera y activista de derechos humanos espera que muchos de ellos sean liberados.