Madrid prohibirá pisos turísticos "dispersos" en el centro en medio de escalada precios
Madrid prohibirá los pisos turísticos "de carácter disperso" en comunidades de propietarios en el centro histórico de la capital y los concentrará en edificios de uso exclusivo
Madrid prohibirá los pisos turísticos "de carácter disperso" en comunidades de propietarios en el centro histórico de la capital y los concentrará en edificios de uso exclusivo, en medio de una escalada que ha disparado los precios de la vivienda en la ciudad.
La regulación forma parte del Plan Reside, anunciado este jueves por el alcalde de Madrid con el objetivo de "consolidar" un "modelo turístico de éxito", según José Luis Martínez-Almeida.
El plan prohíbe viviendas de uso turístico "de carácter disperso" en comunidades de propietarios en la almendra central de la ciudad y establece que se limitarán "únicamente" a "edificios de uso exclusivo" para turismo.
Fuera del centro histórico, las viviendas de uso turístico en comunidades de propietarios tendrán que estar en la planta baja o en la primera y "siempre que puedan disponer de un acceso independiente" del resto del edificio.
Además, la iniciativa -que la administración municipal espera ver aprobada en julio de 2025- recoge otras medidas encaminadas, por ejemplo, a incentivar las políticas de rehabilitación.
Para impulsar la recuperación de edificios catalogados que están en desuso o para los que no hay fondos, ha explicado Almeida, se permitirá su transformación para alojamiento turístico por un plazo máximo de 15 años, tras los cuales deberán recuperar su carácter residencial.
Airbnb y los anfitriones ocasionales
Paralelamente, la plataforma de alojamientos turísticos Airbnb ha propuesto al alcalde de Madrid que en el centro solo se puedan registrar como nueva vivienda turística lo que llama "anfitriones ocasionales", quienes alquilan su vivienda principal o habitaciones de su propia casa.
Esta medida impediría que se derive vivienda del uso habitual hacia el alquiler de corta duración de uso turístico (VUT), uno de los problemas que explican el encarecimiento de la vivienda en determinadas zonas de la ciudad.
Airbnb ha enviado este jueves una carta a Almeida en la que sostiene que no hay una relación causal directa entre el aumento sustancial de los precios de alquiler en Madrid en los últimos años y el desarrollo de las VUT.
La plataforma argumenta que los pisos de uso turístico en Madrid son dos de cada diez anuncios de alquiler y representan únicamente el 0,3 % del total de las viviendas en la ciudad, mientras que existen más de 97,000 vacías, un 20 % del total de las casas de la capital.
Asegura que más de la mitad de los alojamientos de alquiler turístico en Madrid están repartidos por 20 barrios fuera del centro y propone que se incentive esta dispersión.
Airbnb alega que los recientes casos de Nueva York o Escocia -que han impuesto restricciones al alquiler de corta duración- son ejemplos relevantes de cómo normativas "desproporcionadas" no solo han demostrado ser "ineficaces" para abordar los problemas de la vivienda, sino que además "tienen un impacto negativo en la economía local".
Derecho a una vivienda
El anuncio de la regulación de los pisos turísticos se produce en medio de una escalada del precio de la vivienda en España que afecta especialmente a grandes ciudades, como Madrid, escenario de una multitudinaria movilización en octubre bajo el lema "la vivienda es un derecho, no un negocio".
Portales inmobiliarios admiten que el alquiler en Madrid ha llegado a su máximo histórico, con una subida superior al 100% en una década en algunas zonas, mientras sindicatos y organizaciones sociales reclaman más vivienda pública.
Para los empresarios, el problema en Madrid radica en el déficit habitacional. Se construyen 20,000 viviendas anuales en la ciudad para una demanda de 35,000, según estimaciones de la Asociación de Promotores Inmobiliarios.