El Tribunal Supremo español investigará a exministro socialista por malversación y cohecho
Ábalos es acusado de beneficiarse de su posición para facilitar negocios, incluyendo la contratación de material sanitario durante la pandemia y la adquisición de una vivienda en Cádiz como compensación
El Tribunal Supremo español investigará al exministro de Transportes y ex secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, al apreciar indicios de varios delitos por su papel en un caso de corrupción.
La Sala de lo Penal del Supremo considera que la investigación realizada hasta ahora apunta indicios de delitos de "pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, de cohecho y de malversación".
El Supremo asume la investigación sobre Ábalos tras los "indicios fundados y serios" apuntados por el juez que instruye el caso, que atribuyó al exministro una "imputación clara y concreta" por su "papel principal" en el llamado "caso Koldo".
El "caso Koldo" investiga por corrupción, entre otros, a quien fuera mano derecha de Ábalos, Koldo García, y al empresario Víctor de Aldama -hoy en prisión-, parte de una red que supuestamente se habría beneficiado de su relación con el exministro para hacer negocios.
Detalles de la trama
El Supremo destaca que la trama "aprovechando la condición de aforado de secretario de organización del partido político PSOE, participó en las contrataciones de otras administraciones" de material sanitario durante la pandemia.
Además, detalla indicios sobre la adquisición de una vivienda residencial en Cádiz (sur de España), que sería disfrutada por Ábalos como "compensación económica" por sus actuaciones dentro de la organización, al igual que el pago de un alquiler en Madrid a una mujer con la que mantenía una relación.
Según el Supremo, esta mujer "trabajaba por cuenta ajena en empresas públicas dependientes del Ministerio" y acompañó al exministro en "16 vuelos" sufragados "con cargo al erario público".
José Luis Ábalos, que actualmente es diputado y está aforado, fue uno de los hombres fuertes del Partido Socialista y del Gobierno en la pasada legislatura.
El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, pidió en octubre "disculpas a la ciudadanía" por el caso y defendió la reacción del PSOE, que expulsó de militancia al exministro y le pidió su escaño, aunque Ábalos se negó a entregarlo.