Presidenta de Georgia y oposición se niegan a reconocer resultados electorales
La presidenta de Georgia y los partidos de oposición han rechazado reconocer los resultados de las recientes elecciones
La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, y los principales partidos de la oposición se han negado a reconocer los resultados de las elecciones del pasado sábado, cuyo recuento oficial ha revalidado la mayoría absoluta del partido gobernante, Sueño Georgiano, que en los últimos años había aprobado varias reformas represivas y se había acercado a Moscú.
"Hemos sido testigos y víctimas de lo que sólo puede ser descrito como una operación especial rusa. Una nueva forma de guerra híbrida contra nuestro pueblo y nuestro país".
Así de contundente fue la presidenta, Salomé Zurabishvili, tras una jornada de reuniones con los candidatos de la oposición, que a su vez se han negado a recoger las actas de diputado, y han llamado a la población a protestar.
Casos irregularidades
Los observadores de organizaciones internacionales como el Consejo de Europa o la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) afirmaron haber recogido numerosos casos de irregularidades, desde presiones e intimidación a los electores a compra de votos.
La oposición y los observadores locales van más allá y hablan de un fraude sistemático, especialmente en zonas rurales donde el voto al partido gobernante se incrementó entre 20 y 30 puntos, llegando hasta el 80 y 90 %.
La Comisión Europea ha pedido a las autoridades georgianas que investiguen estas acusaciones de manera transparente y han advertido a Georgia de que debe revocar la legislación antidemocrática si quiere continuar con su proceso de adhesión a la Unión Europea, congelado este verano.
Varios ministros de Exteriores europeos, han dicho que no reconocerán los resultados. En cambio, el primer ministro húngaro, el ultraconservador y prorruso Viktor Orbán, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, ha viajado a Tbilisi para felicitar a Sueño Georgiano, partido para el que se ha convertido en un ejemplo.