Turquía, el paraíso de la cirugía en Europa no exento de trampas
Entre la promesa de precios bajos y los riesgos ocultos
Turquía que vive un verdadero boom del turismo sanitario, desde tratamientos capilares hasta rinoplastias a precios mucho más baratos que en los países de Europa occidental. Unas cirugías que no están exentas de riesgos, ya que han proliferado clínicas sin licencia. En algunos casos, incluso con resultados fatales, como la muerte de una mujer española tras una cirugía a principios de agosto en Estambul.
Si en el pasado el producto típico que más se relacionaba con Turquía era el kebab, desde hace unos años, además de las omnipresentes telenovelas turcas, el servicio más famoso del país euroasiático son los injertos capilares. Miles de extranjeros acuden cada año a Estambul y otras ciudades turcas a someterse a una intervención para poner fin a su alopecia.
Junto con este tipo de operaciones se han desarrollado otras cirugías. Solo el año pasado un millón y medio de turistas acudieron a Turquía a someterse a diferentes operaciones y tratamientos, desde aumentos de pecho a tratamientos oncológicos, dejando unos ingresos de 2,300 millones de dólares.
"El turismo médico en Turquía ha tenido un boom en los últimos años y para los pacientes hispanos lo principal que vienen es cirugía plástica, trasplante capilar y cirugía bariátrica", explica a RFI Daniela López, asesora médica colombiana que trabaja en Turquía desde hace seis años.
El cirujano Servet Terziler, presidente de la Asociación de Turismo Médico, explica las razones del éxito: "Resultados de mucha calidad a un precio muy bueno. Esto sucede porque, por ejemplo, 3,000 dólares en Turquía, por sus condiciones económicas, suponen un dinero por el que en Europa es imposible encontrar personal cualificado, allí cuesta varias veces más".
El Gobierno turco ha acreditado a más de 3,000 hospitales, clínicas y consultas médicas para atender a los pacientes extranjeros, pero la competencia es tal, que también hay centros médicos que actúan sin licencia.
Los precios de las cirugías en Turquía son ya de por sí entre dos y tres veces más baratos que en el resto de Europa y Norteamérica, pero estas clínicas sin licencias aún lo reducen más en busca de atraer clientes.
Periódicamente, surgen noticias de operaciones que han salido mal, de cirugías equivocadas o incluso de fallecimientos. Algunas fuentes del sector con las que hemos conversado y que han aceptado hablar a cambio de ocultar su identidad, lo atribuyen a que, en estos centros, buscando abaratar costes, utilizan materiales de peor calidad, reducen el personal o no toman las medidas de prevención adecuadas.
Algunos de estos casos han terminado en el despacho del abogado Cihan Topcu: "Yo veo, y otros amigos también, que todos estos casos tienen una cosa común. Se van a lo muy barato, a los médicos de hospitales más baratos, buscando en el mercado lo que es más barato y no hacen bien los contratos, no conocen a quién están hablando, envían dinero a cualquier cuenta".
El ministerio de Exteriores de España lanzó el año pasado una advertencia de viaje tras el fallecimiento de cuatro de sus ciudadanos en operaciones estéticas en Turquía, y avisa de que quienes se sometan a tratamientos deben asesorarse bien, ya que en el país euroasiático hay tanto clínicas de primera calidad como otras cuyos estándares distan mucho de la normalidad.