El G7 ultima en Italia un ambicioso plan financiero para ayudar a Ucrania
El presidente ucraniano Zelenski anunció en las redes sociales que Ucrania firmará acuerdos de seguridad
Los líderes de las siete democracias más ricas del mundo comenzaron este jueves en Italia su cumbre anual en la que buscan cerrar un acuerdo para un ambicioso plan de ayuda a Ucrania, financiado con los activos rusos bloqueados por Occidente.
Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y Francia, Emmanuel Macron, así como los primeros ministros de Canadá, (Justin Trudeau), Reino Unido (Rishi Sunak), Japón (Fumio Kishida) y Alemania (Olaf Scholz) fueron recibidos por la anfitriona, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, para la tradicional foto de familia en Borgo Egnazia, un resort de lujo de la región de Apulia, en el sur de Italia.
El G7, en el que también participa como invitado el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, tiene "un papel insustituible en la gestión de las crisis globales, en particular aquellas que siguen poniendo en riesgo nuestra libertad y nuestra democracia", dijo Meloni en la inauguración de la cumbre.
El plan para Ucrania busca utilizar los intereses que generen los cerca de 300,000 millones de euros (325,000 millones de dólares) de activos rusos congelados por los aliados occidentales tras la invasión de febrero de 2022, como garantía para otorgar un crédito de 50,000 millones de dólares al país en guerra.
A la espera de un anuncio oficial, el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, dijo en Twitter que el acuerdo ya está cerrado mientras que el asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, fue más prudente y habló de "muy buenos avances".
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Zelenski anunció por su parte en las redes sociales que Ucrania firmará acuerdos de seguridad con Estados Unidos y Japón en Italia y que espera "decisiones importantes" en la cumbre.
La otra gran cuestión que se debatirá en Apulia es cómo alcanzar una tregua en la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás.
Los líderes del G7 han anunciado su apoyo a una propuesta de tregua de Biden, que prevé la liberación de los rehenes que tomó Hamás en Israel en el ataque del 7 de octubre.
Sin embargo el movimiento palestino propone ciertas enmiendas al plan. Según el secretario de Estado, Antony Blinken, "algunos cambios son realizables, otros no".
"El tiempo de regatear ha terminado", dijo Sullivan, al tiempo que Israel no ha anunciado oficialmente su postura sobre la tregua y continúa su ofensiva en el territorio palestino.
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La primera ministra italiana, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria del G7, también invitó a una docena de líderes que no pertenecen al grupo, entre ellos los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Argentina, Javier Milei.
Milei tiene en la agenda reuniones bilaterales el viernes con Meloni y el presidente francés, así como con la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, y del Banco Mundial, Ajay Banga.
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En las sesiones temáticas y en las numerosas reuniones bilaterales previstas se abordarán también otras cuestiones, empezando por las tensiones con China, uno de los principales apoyos de Rusia.
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A la lista de invitados se suman el primer ministro indio, Narendra Modi, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, el rey Abdalá II de Jordania o el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Pero quizás uno de los más inesperados sea el papa Francisco, de 87 años, que esta vez no viene solo como líder espiritual sino también para dar una charla el viernes sobre inteligencia artificial y "algorética" (la ética de los algoritmos), una cuestión que preocupa al Vaticano.
La cumbre se celebra en Borgo Egnazia, un resort exclusivo situado a 60 kilómetros al sur de Bari, la capital regional, totalmente alejado del mundo exterior y también de los periodistas.
El complejo hotelero, que imita la arquitectura italiana como si fuera un parque temático, es el favorito de Madonna en sus viajes a Italia y entre otros servicios tiene su propio restaurante con estrella Michelin.
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