El primer ministro eslovaco ya "es capaz de hablar" pero sigue grave tras ser baleado
El presidente electo Peter Pellegrini afirmó que Fico solo pronuncia "algunas frases", al tiempo que la policía imputó al sospechoso del atentado
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, que fue baleado el miércoles, ya "es capaz de hablar" aunque su estado sigue siendo muy crítico, afirmó el presidente electo Peter Pellegrini este jueves, al tiempo que la policía imputó al sospechoso del atentado.
"Es capaz de hablar, pero solamente algunas frases", declaró Pellegrini a los periodistas fuera del hospital de Banska Bystrica, en el centro del país, donde el líder de 59 años está siendo tratado.
"Está muy, muy cansado. La situación sigue siendo muy crítica", explicó, añadiendo que al primer ministro le esperan "horas y días muy difíciles".
Robert Fico recibió varios disparos el miércoles por la tarde, tras una reunión de su gabinete en Handlova, en el centro de Eslovaquia.
El presunto atacante, que los medios eslovacos identificaron como un escritor de 71 años llamado Juraj Cintula, fue acusado de "intento de asesinato con premeditación", anunció el ministro del Interior, Matus Sutaj Estok, quien aludió a un atentado que obedeció a "motivaciones políticas".
"Se trata de un lobo solitario" que decidió actuar porque estaba "descontento" con "los resultados de las elecciones presidenciales" celebradas en abril, que dieron la victoria a Pellegrini, aliado de larga data de Fico.
Frente a las tensiones en la clase política, el presidente electo instó a los partidos a "suspender temporalmente" la campaña de cara a los comicios europeos, previstos el 8 de junio.
"En este momento, Eslovaquia no necesita más confrontación", señaló Pellegrini, que será investido en junio en el país centroeuropeo, dividido entre los partidarios de un gobierno favorable al Kremlin y los simpatizantes de la oposición prooccidental.
"Radicalización"
Este jueves, Fico se encontraba "verdaderamente muy grave" a causa de "múltiples heridas", por lo que permanecerá en cuidados intensivos, indicó la directora del hospital Roosvelt de Banska Bytrica.
El exjefe de policía Stefan Hamran criticó a los guardaespaldas del primer ministro, afirmando a la AFP que "reaccionaron tarde" y "mal".
"En lugar de lanzarse contra el agresor (...) se movieron en dirección contraria e intentaron esquivar los disparos", declaró.
Uno de los vecinos del sospechoso, Ludovit Mile, declaró que Cintula, a quien conoce desde 1983, era "amistoso, servicial". "Se habrá vuelto loco", dijo a AFP.
El atentado causó gran conmoción en el país y una oleada de condenas internacionales.
Delante del hospital, varios ciudadanos manifestaron su consternación. "Tiren tomates o huevos si quieren, ¡pero no saquen un arma!", lanzó Karol Reichl, un exchofer de 69 años.
Algunos expertos apuntaron que el incidente podría acentuar la "radicalización" de la clase política. "Temo que este ataque no sea el último y que, en un futuro próximo, le toque el turno de ser atacados a miembros de la oposición", declaró a AFP el politólogo Miroslav Radek.
"Es un punto de inflexión que sacudirá a la sociedad", comentó el analista Milan Nic.
Deterioro de los lazos con Ucrania
Además de su actual mandato como primer ministro, Fico también estuvo al frente del gobierno en los periodos 2006-2010 y 2012-2018.
Desde su última elección, en octubre, el dirigente hizo una serie de comentarios que han deteriorado los lazos entre Eslovaquia y Ucrania, abogando por una negociación con Rusia para poner fin a la guerra.
Cuando fue elegido, Eslovaquia dejó de enviar armas a Ucrania, que se enfrenta a una invasión rusa desde 2022. Durante la campaña electoral prometió que no proporcionaría a Kiev "ni una sola bala".
Fico también provocó protestas masivas debido a sus polémicos cambios, entre ellos una ley de medios de comunicación que, según los críticos, socavará la imparcialidad de la radio y la televisión públicas.
Eslovaquia ya se ha visto sacudida por otros ataques violentos relacionados con la política.
En 1995, el hijo del jefe del Estado de aquel entonces, Michal Kovac, fue secuestrado y posteriormente hallado en la vecina Austria.
Durante años, se sospechó que el entonces primer ministro, Vladimir Meciar --principal rival de Kovac-- pudo estar implicado en el rapto.
En otro caso, uno de sus exministros, Jan Ducky, fue asesinado delante de su casa, en Bratislava, en 1999.