Países bálticos, Finlandia y Polonia refuerzan el control de su fronteral con Rusia
Las reacciones bálticas, nórdicas y polaca sigue a la declaración de rebeldía del jefe del grupo de mercenarios Wagner,Yevgueni Prigozhin
Los tres estados bálticos -Estonia, Lituania y Letonia- se mantienen en estrecho contacto con Finlandia y Polonia, mientras refuerzan el control sobre su frontera con Rusia, desde su condición de países que componen el flanco oriental tanto de la OTAN como de la Unión Europea (UE).
"Estamos en estrecho contacto para coordinarnos e intercambiar información", afirmó la primera ministra estona, Kaja Kallas, a través de su cuenta en twitter e incluyendo en sus mensajes a sus homólogos de Letonia y Lituania -Krisjanis Karins y Ingrida Simonyte-, así como al finlandés Petteri Orpo.
"Estamos preparados para adoptar medidas adicionales si es necesario para proteger nuestras fronteras", aseguró por su parte Karins, asimismo en un tuit alusivo a los contactos con sus homólogos bálticos y finlandés.
Simonyte, por su parte, consideró que "cuanto más se preocupe 'el segundo ejército más fuerte del mundo' por la contraofensiva surgida entre sus filas, menos trabajo la quedará para Ucrania".
A estos mensajes conjuntos se sumaron los contactos entre el presidente lituano, Gitanas Nauseda, y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, igualmente determinados a reforzar los controles sobre su frontera y entre apremios a sus ciudadanos a no viajar a Rusia.
"Lituania y Polonia estamos de acuerdo en la necesidad de reforzar la atención sobre nuestras fronteras orientales", afirmó Nauseda a través de un comunicado, tras el contacto mantenido con el jefe de Gobierno de Varsovia.
Lituania se encuentra en plenos preparativos para la cumbre de la OTAN en su capital, Vilna, del 10 al 11 de julio. Nauseda presidirá una reunión el lunes con representantes de los gobiernos de la región, entre ellos el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius.
Kallas había instado ya a lo largo del día la población estona a no viajar a Rusia, mientras desde los tres países bálticos, exrepúblicas soviéticas, se informaba de un reforzamiento de sus fronteras orientales, especialmente en lo que refiere al de por sí restringido ingreso de ciudadanos rusos.
Tanto Estonia como Letonia tienen frontera terrestre con Rusia, mientras que Lituania la tiene a través del enclave ruso de Kaliningrado, lo mismo que Polonia. Igualmente preocupante para los países afectados en la frontera con Bielorrusia, principal aliado de Moscú en la región.
Finlandia, país que completó su ingreso en la OTAN el pasado abril, tiene por su parte la más extensa frontera terrestre con Rusia entre los socios de la Alianza y de la UE, con un total de 1.340 kilómetros.
El primer ministro finlandés, quien accedió a su cargo esta misma semana, alertó desde su cuenta en twitter de los "profundos conflictos" existentes entre las fuerzas armadas rusas y también de la abundante información no verificada que circula.
"Estamos siguiendo de cerca el desarrollo de la situación", apuntó Orpo, quien calificó de "grave" la situación.
En términos parecidos se pronunció también a través de twitter el ministro de Exteriores sueco, Tobias Billström, cuyo país está pendiente de la ratificación de Turquía para poder completar su integración en la Alianza Atlántica.
El presidente polaco, Andrzej Duda, había informado ya a primera hora de este sábado de que estaba "en consultas" tanto con su primer ministro como con sus aliados, mientras desde la central de la OTAN en Bruselas se aseguró que se estaba "monotorizando" el desarrollo de los acontecimientos.
Noruega, finalmente, desde su condición de miembro europeo de la OTAN, pero no de la UE, se expresó asimismo la determinación a coordinar y vigilar la situación en la frontera. En términos parecidos se pronunciaron fuentes gubernamentales desde Islandia, país integrado en la Alianza pero extracomunitario.
Las reacciones bálticas, nórdicas y polaca sigue a la declaración de rebeldía del jefe del grupo de mercenarios Wagner,Yevgueni Prigozhin, quien anoche afirmó tener bajo control la ciudad de Rostov, en el sur del país, mientras que a lo largo del sábado prosiguió su avance en dirección a Moscú.
El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó de "traición" la sublevación iniciada anoche por Prigozhin y aseguró, en un mensaje a la nación por la televisión pública, que los responsables "pagarán por ello".