Moscú resta importancia a visita de Biden a Ucrania
Funcionarios rusos y medios de comunicación estatales describieron a Kiev como una marioneta de Estados Unidos
Funcionarios rusos y medios de comunicación estatales restaron importancia a la visita del presidente estadounidense Joe Biden a Ucrania el lunes, describieron a Kiev como una marioneta de Estados Unidos y sostuvieron que las fuerzas de Moscú se impondrán a pesar de las promesas de Washington de enviar más armas a Ucrania.
Biden se reunió con el mandatario ucraniano Volodimir Zelenski en la capital de Ucrania, en una muestra de solidaridad occidental con un país que sigue luchando contra lo que calificó de “guerra brutal e injustificada”, días antes del primer aniversario de la invasión rusa.
La visita también se produjo en vísperas del discurso sobre el estado de la nación del presidente ruso Vladímir Putin, que algunos en Rusia esperan que marque la pauta para el año que viene, incluida la empantanada campaña en Ucrania.
Biden pasó más de cinco horas en Kiev, donde consultó con Zelenski los pasos a seguir, rindió homenaje a los soldados caídos en combate y visitó al personal de la embajada estadounidense.
Anunció un nuevo paquete de 500 millones de dólares en ayuda estadounidense —además de los más de 50,000 millones de dólares ya proporcionados— para proyectiles para obuses, misiles antitanque, radares de vigilancia aérea y otras ayudas, pero no nuevo armamento avanzado.
La televisión estatal rusa cubrió ampliamente la visita, y los presentadores dijeron que estaba claro que Biden “dirige las cosas” en Ucrania, lo que encaja en la narrativa del Kremlin de que el gobierno de Zelesnki es un títere de Estados Unidos.
La agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti reportó que Vladímir Rogov, un funcionario instalado por Rusia en la región ocupada de Zaporiyia, dijo que Zelenski “parecía un sirviente al lado de Biden”.
Otros comentaristas señalaron que Biden podría buscar su reelección en 2024 y dijeron que su visita a Kiev dio el pistoletazo de salida a su campaña.
“Biden inició en Kiev su campaña electoral en el entorno más heroico para demostrar a todo el mundo que todavía puede ‘hacerlo como en los viejos tiempos’”, afirmó en Telegram el legislador ruso Konstantin Kosachev, quien añadió que “a Kiev no le quedó más remedio que llevar a la gente a una matanza sin sentido como parte de la campaña electoral de Biden”.
Los expertos pro Kremlin de la televisión estatal también alegaron que Biden recibió garantías de seguridad de Moscú antes de la visita. El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo que el gobierno estadounidense notificó a Moscú de la visita de Biden a Kiev poco antes de su partida de Washington “con fines de distensión”, a fin de evitar cualquier error de cálculo que pudiera llevar a las dos naciones a un conflicto directo.
“Todo el mundo sabe que si Rusia dice que no atacará Kiev durante la visita de algunos hombres de Estado, significa que eso nunca ocurrirá, porque nosotros somos los que cumplimos nuestra palabra, los que estamos del lado del bien y de lo civilizado”, dijo el analista político pro Kremlin Serguéi Markov en una tertulia política en el canal estatal de televisión Russia 1.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente, Dmitri Medvedev, también afirmó en Telegram que Biden había recibido “garantías de seguridad”.
Medvedev dijo que Biden “prometió lealtad al régimen neonazi” —como los funcionarios del Kremlin se refieren al gobierno de Ucrania— y le prometió más armas, pero los millones de personas que abandonan Ucrania dan respuesta “a la pregunta de a quién pertenece el futuro”.
Y el periodista de la televisión estatal Andrei Medvedev afirmó en Telegram: "¿Influirá esta visita en el resultado final de la guerra? No”, aunque admitió que influiría “en el curso de las hostilidades en este momento y en la moral de los ciudadanos ucranianos”.
La analista política Tatyana Stanovaya dijo que el Kremlin considerará la visita de Biden como “una prueba más de que Estados Unidos ha apostado a la derrota estratégica de Rusia en la guerra, y de que la propia guerra se ha convertido irrevocablemente en una guerra entre Rusia y Occidente”.
Stanovaya dijo que se presumía que el discruso de Putin del martes “sería muy duro, dirigido a romper desafiantemente las relaciones con Occidente”, pero después de la visita de Biden a Kiev, “se pueden hacer ediciones para hacerlo aún más duro”.