Piden dos años de prisión condicional contra exsecretaria de campo de concentración nazi
Irmgard Furchner, de 97 años, acusada de complicidad en los asesinatos en los campos de concentración nazi
Dos años de prisión condicional fueron requeridos el martes en Alemania contra una exsecretaria de un campo de concentración nazi, en uno de los últimos juicios que juzgan este período de la historia del país.
Irmgard Furchner, de 97 años, acusada de complicidad en asesinatos en más de 11,000 casos en el campo de concentración de Stutthofs, en la actual Polonia, es juzgada desde septiembre de 2021 ante la corte de Itzehoe, en el norte de Alemania.
El juicio había comenzado de manera escalofriante cuando la acusada se dio a la fuga el día de la apertura de las audiencias. La nonagenaria no se presentó en el tribunal como estaba previsto. La encontraron después de unas horas.
La acusada, que tenía entre 18 y 19 años en el momento de los hechos, trabajaba como mecanógrafa y secretaria del comandante del campo de concentración, Paul Werner Hoppe, y ocupaba una posición "de importancia esencial" en el sistema inhumano del sitio, afirmó el martes la fiscal Maxi Wantzen.
Wantzen dijo a los jueces que el trabajo administrativo de Furchner "aseguraba el buen funcionamiento del campo" y le daba "conocimiento de todos los sucesos y acontecimientos en Stutthof".
Además, "las condiciones que ponían en peligro la vida", como la escasez de alimentos y agua y la propagación de enfermedades mortales, incluido el tifus, se mantenían intencionadamente y eran evidentes, destacó.
Wantzen subrayó que, a pesar de la avanzada edad del acusado, "sigue siendo importante hoy en día celebrar un juicio de este tipo", para mantener el registro histórico a medida que los supervivientes van muriendo.
En Stutthof, campo de concentración cercano a la ciudad de Gdansk -donde murieron unas 65,000 personas-, "detenidos judíos, partisanos polacos y prisioneros de guerra soviéticos" fueron sistemáticamente asesinados, según los historiadores.
Setenta y siete años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania sigue buscando a antiguos criminales nazis aún en vida, lo que demuestra la severidad creciente, aunque muy tardía, de su justicia.