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Ucrania: 35 muertos en un ataque ruso a base militar ucraniana

Rondas de misiles rusos se abatieron el domingo sobre una base de instrucción militar cerca de la frontera ucraniana con Polonia

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Ucrania: 35 muertos en un ataque ruso a base militar ucraniana
Un militar ucraniano vigila su posición en Mariúpol, Ucrania, el sábado 12 de marzo de 2022. Fuerzas rusas tomaron las afueras al este de la asediada ciudad de Mariúpol, según el ejército ucraniano. (AP FOTO/EVGENIY MALOLETKA)

Rondas de misiles rusos se abatieron el domingo sobre una base de instrucción militar cerca de la frontera ucraniana con Polonia, un miembro de la OTAN, y mataron a 35 personas. El ataque siguió a las amenazas de Moscú de ataques contra los cargamentos extranjeros de armas que ayudan a los combatientes ucranianos a defender su país contra la demoledora invasión rusa.

Más de 30 misiles de crucero ruso se lanzaron contra el amplio recinto, situado menos de 25 kilómetros (15 millas) del punto más cercano de la frontera con Polonia, según el gobernador de la región occidental ucraniana de Leópolis. Polonia es un paso clave para el envío de ayuda militar occidental a Ucrania.

Desde que Rusia invadió Ucrania, Leópolis se ha librado en gran parte del nivel de destrucción registrado en otros lugares más al este, y se convirtió en destino de la gente que huía de las ciudades bombardeadas y lugar de tránsito para los casi 2,6 millones de refugiados que han huido del país.

El campo de instrucción en Yavoriv parecía ser el objetivo más occidental atacado por el momento en los 18 días de invasión. El centro, también conocido como Centro Internacional de Seguridad y Fuerzas de Paz, se utilizaba para entrenar a personal militar ucraniano, a menudo con instructores estadounidenses y de otros países occidentales.

El lugar también ha acogido maniobras de la OTAN. Por ello simbolizaba una antigua queja de Rusia: que la alianza de 30 miembros se acercaba cada vez más a las fronteras rusas. Rusia ha exigido que Ucrania abandone sus ambiciones de unirse a la OTAN.

La mayoría de los misiles “fueron derribados porque el sistema de defensa antiaérea funcionó”, indicó el gobernador de Leópolis, Maksym Kozytskyi. Los que lograron impactar dejaron al menos 35 muertos y 134 heridos, señaló.

Combatientes rusos también dispararon en el aeropuerto de Ivano-Frankivsk, una ciudad en el oeste de Ucrania situada a 250 kilómetros (155,34 millas) de la frontera ucraniana con Eslovaquia y Hungría. El objetivo era “sembrar el pánico y el miedo”, dijo el alcalde, Ruslan Martsinkiv.

También hubo combates en varias zonas del país durante la noche. Las autoridades ucranianas reportaron ataques aéreos rusos en un monasterio y un centro de esparcimiento para niños en la región oriental de Donestk que alcanzaron lugares donde se cobijaban monjes y refugiados, e hirieron a 32 personas.

Otro ataque aéreo alcanzó un tren con dirección oeste que evacuaba gente desde el este. Una persona murió y otra resultó herida, según el administrado regional de Donetsk.

Al norte, en la ciudad de Chernígov, una persona murió y otra resultó herida en un ataque aéreo que destruyó un bloque residencial, según los servicios de emergencias.

Los combates también se intensificaron en torno a Kiev, un importante objetivo estratégico y político, con bombardeos nocturnos en los suburbios noroccidentales y un ataque de misil el domingo que destruyó un almacén en el este. El administrador jefe de la región, Oleksiy Kuleba, dijo que las fuerzas rusas parecían intentar imponer un bloqueo y paralizar la capital, con bombardeos constantes sobre los suburbios.

Kuleba dijo que había agentes rusos activos en la capital y sus suburbios marcando posibles objetivos futuros. Prometió que cualquier asalto directo encontraría una firme resistencia y “nos preparamos para defender Kiev, y estamos preparados para luchar por nosotros mismos”.

Las conversaciones para lograr un alto el fuego fracasaron nuevamente el sábado y cuando Estados Unidos anunciaba planes para suministrar armas por otros 200 millones de dólares a Ucrania, el viceministro de Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, advirtió a otros países que enviar material para reforzar al ejército ucraniano era “una acción que convierte esas caravanas en objetivos legítimos”.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, acusó a Rusia de intentar fragmentar su país y comenzar “una nueva etapa de terror” con la supuesta detención del alcalde de una ciudad al oeste de Mariúpol.

“Ucrania resistirá esta prueba. Necesitamos tiempo y fuerza para romper la máquina de guerra que ha llegado a nuestra tierra”, dijo Zelenskyy el sábado en su mensaje vespertino a la nación.

Los soldados rusos saquearon un convoy con material humanitario que intentaba llegar a Mariúpol y bloquearon otro, dijo un funcionario ucraniano. El mando militar ucraniano indicó que las fuerzas rusas capturaron las afueras al este de Mariúpol, reforzando así el sitio que mantienen sobre el puerto estratégico. La captura de Mariúpol y otros puertos en el mar de Azov podría permitir a Rusia establecer un corredor terrestre hasta Crimea, península de la que despojó a Ucrania en 2014.

Una periodista de The Associated Press en la ciudad presenció ataques de tanques contra una zona de apartamentos de nueve niveles cuando se encontraba entre un grupo de trabajadores médicos atacados el viernes por francotiradores. Una trabajadora médica recibió un disparo de un francotirador en la cadera. Ella sobrevivió, pero las condiciones en el hospital continuaban deteriorándose: la electricidad era reservada para las mesas de cirugía y los pasillos estaban llenos de personas que no tenían a dónde ir.

Una de ellas era Anastasia Erashova, que lloraba y temblaba con un niño dormido en sus brazos. Su otro hijo y el hijo de su hermano habían muerto recientemente durante un ataque de artillería. El cuero cabelludo de Erashova estaba salpicado de sangre.

“Nadie logró salvarlos”, dijo ella.

En Irpín, un suburbio a unos 20 kilómetros (12 millas) al noroeste del centro de Kiev, numerosos cadáveres yacían el sábado en las calles y en un parque.

“Cuando desperté en la mañana, todo estaba cubierto de humo, todo estaba oscuro. No sabemos quién está disparando ni dónde”, dijo el residente Serhy Protsenko mientras caminaba por su vecindario. Se escuchaban explosiones a la distancia. “No tenemos ninguna radio ni información”.

Zelenskyy ha alentado a su pueblo a que continúe resistiendo.

“No tenemos derecho a abandonar nuestra defensa por difícil que tal vez sea”, señaló. Más tarde el sábado, Zelenskyy informó que 1.300 soldados ucranianos han muerto desde que comenzó al invasión rusa el 24 de febrero.

La primera ciudad importante en caer a principios de mes fue Jersón, un puerto vital en el mar Negro y de 290.000 habitantes.

Selenskyy dijo el sábado que los rusos estaban recurriendo al chantaje y el soborno en su intento para obligar a las autoridades locales a formar una “pseudorrepública” en la región sureña de Jersón, similar a lo ocurrido en Donetsk y Lugansk, dos regiones orientales donde separatistas prorrusos comenzaron a luchar contra las fuerzas ucranianas en 2014.

Uno de los pretextos que Rusia utilizó para su invasión fue que tenía que proteger a las regiones separatistas.

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