La central de Fukushima realiza una primera prueba para extraer restos nucleares de un reactor
El desmantelamiento de Fukushima y el futuro energético del país
Trece años después del accidente nuclear de la central de Fukushima, su operador Tokyo Electric Power Company (Tepco) se prepara para la fase más complicada y peligrosa del desmantelamiento de la planta: la extracción de 880 toneladas de combustible nuclear que se fundieron tras la fusión de tres de sus reactores, causando el peor desastre nuclear desde Chernóbil.
La sonda extraerá unos gramos de restos nucleares del fondo del reactor 2 de la central de Fukushima, utilizando un brazo robótico de 22 metros de largo. Este dispositivo teledirigido, capaz de soportar la radiactividad más intensa, ha sido desarrollado en Gran Bretaña por una filial de Veolia Nuclear Solutions y Mitsubishi Heavy Industries.
La sonda tardará una semana en alcanzar los restos nucleares que han formado el corio, una mezcla altamente radiactiva de combustible fundido, acero y hormigón. Después reaparecerá el mes que viene con una muestra de pequeños restos de 880 toneladas de combustible nuclear fundido.
Esta muestra debería permitir a los ingenieros obtener información más precisa del fondo de los reactores. También se pretende mejorar la precisión, seguridad y maniobrabilidad del brazo robótico. "Procederemos con cautela, haciendo de la seguridad nuestra prioridad absoluta", declaró un responsable de Tepco en una rueda de prensa el lunes.
Los avances han sido muy lentos: estaba previsto que la retirada del corio del reactor 2 comenzara en 2021.
La complejidad del desmantelamiento de la central de Fukushima no está impidiendo que Japón vuelva a dar prioridad a la energía nuclear. Y está acelerando el reinicio de los reactores existentes para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Según Mark Chadwick, analista de la plataforma de investigación Smartkarma, la Autoridad Reguladora Nuclear japonesa ha inspeccionado la central nuclear de Shimane, operada por Chugoku Electric. Su puesta en marcha está prevista para diciembre. Si se aprueba, sería la primera vez que se pone en marcha un reactor de agua hirviendo desde el accidente de Fukushima.
Japón aspira a que la energía nuclear represente entre el 20% y el 22% de su presupuesto energético para 2030, frente al 8% actual.
Tres de los seis reactores de Fukushima estaban en funcionamiento cuando se produjo el tsunami el 11 de marzo de 2011, que destruyó los sistemas de refrigeración y los fundió, provocando la peor catástrofe nuclear desde Chernóbil en 1986. En tres unidades de la central de Fukushima, el combustible y otros materiales se fundieron y luego ardieron.