¿Qué está en juego detrás de la advertencia de Honduras a EEUU acerca de sus bases militares?
Gobbienro de Honduras busca renegociar relaciones con Estados Unidos ante amenazas migratorias
La presidenta de Honduras Xiomara Castro advirtió esta semana que cerrará las bases militares de Estados Unidos en el país si el presidente electo, Donald Trump, cumple su amenaza de ordenar deportaciones masivas de hondureños cuando asuma el cargo.
"Frente a una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar, en el que sin pagar un centavo por décadas mantienen bases militares en nuestro territorio", advirtió la presidenta de Honduras, Xiomara Castro.
"Un acuerdo de cooperación"
Una advertencia dirigida al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en respuesta a la política de inmigración que, según ha declarado, desea llevar a cabo cuando asuma el cargo este 20 de enero.
El Historiador y politólogo Ezel Hernández Gamero explica la importancia de esta base militar para Estados Unidos y para Honduras.
"Honduras precisamente tiene una posición geográfica muy privilegiada dentro de Centroamérica. Es, digamos, el paso obligatorio de personas, de comercio, en todo sentido. En Honduras, tenemos la base José Enrique Soto Cano que se instaló a inicios de la década de 1980. Honduras se veía beneficiado con asistencias técnicas, con asistencias militares, hubo mucho apoyo con brigadas médicas al país que se desplegaron desde esta base. Es un acuerdo de cooperación, por esa razón es que Estados Unidos no hace un pago por tener la base militar en Honduras", detalla.
En busca de negociación
La presidenta hondureña decidió transmitir este mensaje en un momento clave para ambos países, según Lester Ramírez, analista político y director de Democracia y Transparencia de la Asociación para una Sociedad más Justa.
"Esto huele a una jugada política del gobierno de Xiomara Castro, que busca empezar a negociar con la nueva administración de Trump, pero también busca quedar bien con los más de dos millones de hondureños en la diáspora hondureña. Estamos hablando de prácticamente el 20% de la población, donde hay mucha preocupación detrás de estos mensajes de deportaciones masivas. No sé si realmente va a calar positivamente con la diáspora. Creo que es una jugada política que ha sorprendido a muchos en Honduras", comenta el analista.
"Pero bueno", añade, "sabemos también que Trump es reconocido por ser un negociador y su administración anterior fue basada en la negociación, especialmente en temas migratorios. Entonces, yo creo que esa es la línea que se está manejando, creo que esas van a ser las reglas del juego, siempre la negociación, la transacción".
Lester Ramírez advierte que por el momento la diáspora hondureña en Estados Unidos, que es más de derecha, no está de acuerdo con la posición de confrontación que ha tomado su presidenta.