Más de 5.700 obras de arte aisladas por la inundación en un museo de Porto Alegre
Más de un tercio de la colección estaba guardado en un almacén en la planta baja
El Museo de Arte de Rio Grande do Sul (MARGS) en la ciudad brasileña de Porto Alegre y sus más de 5.700 obras de arte llevan once días aislados por una inundación inédita, mientras crece la preocupación de los conservadores por el impacto de la humedad en la colección.
Un metro y medio de agua cubre la planta baja de este imponente edificio amarillo de estilo neoclásico, que alberga la mayor colección de pintura del sur de Brasil y está ubicado a una cuadra del río Guaíba.
En el piso de arriba están almacenadas las pinturas, en total oscuridad y sin el sistema de climatización en marcha porque no hay energía eléctrica. Sólo es posible acceder en barco, y unos guardias de seguridad van y vienen de la nueva orilla para vigilar el acervo.
Preocupado por la continua subida del nivel del río Guaíba, el director del museo, Francisco Dalcol, dice en una entrevista con EFE que lo monitorea a todas horas y "en tiempo real", aunque asegura que es poco probable que el agua llegue hasta el segundo piso, a una altura de unos tres metros.
La intensidad de la crecida tomó por sorpresa al MARGS. Más de un tercio de la colección estaba guardado en un almacén en la planta baja, que tuvo que ser desalojado en cinco horas el 3 de mayo antes de que llegase el agua.
Las últimas dos horas, ya sin poder utilizar el ascensor porque se había caído la luz, tuvieron que subir las obras por las escaleras.
"Era una carrera contra el tiempo y tuvimos que escoger a qué dar prioridad para salvar", explica Dalcol, que es historiador del arte.
"El niño de la cometa", un cuadro firmado por Candido Portinari de un niño que fabrica el juguete junto a un burrito, se salvó por los pelos, junto a pinturas de otros grandes nombres del arte brasileño de mediados del siglo XX, como Emiliano di Cavalcanti y Lasar Segall.
Algunos de los cuadros salvados están valorados en más de un millón de reales (casi 200.000 dólares o 180.000 euros).
El equipo del museo no tuvo tiempo para trasladar el archivo documental de la planta baja porque los bomberos estaban avisando por altavoz que había que salir de allí a toda prisa antes de quedar aislados.
Cuando las aguas retrocedan, algo que puede demorar todavía unas semanas, los restauradores tendrán que evaluar el daño a la colección tras haber sido expuesta a la humedad durante tanto tiempo.
Algunos cuadros pasarán por un proceso de secado con secadores especiales y otros mediante lámparas con el punto de calor justo para no dañar la pintura.
Con ese trabajo por delante, sumado a las reformas que habrá que realizar en la estructura del edificio, Dalcol cree que el MARGS no abrirá antes del año que viene.
"Dependerá de los recursos que tengamos, porque el museo es otro drama entre muchos otros. La región va a necesitar ayuda", dice sobre el mayor desastre natural que se recuerda en la región.
Con el temor a que las inundaciones se repitan, el director ya ha decidido que las obras no expuestas no volverán a la planta baja: "Los museos deben repensar su localización y la localización de su acervo y no colocarlo en áreas de riesgo".
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